Citas sobre casa de esteras, página 10

Sin embargo, el temor acompaña a lo desconocido. El temor les llegó como una droga, aunque no procedente del botiquÃn de ella caminaron con calma sin nada que decirse por los pasillos de los juzgados, Harald dejó pasar a Claudia con la cortesÃa de un desconocido cuando encontraron la puerta, entraron y avanzaron de lado torpemente para sentarse en los bancos. Incluso el olor del lugar era como el de un paÃs extranjero al que hubieran sido deportados. El olor a barreras de madera pulidas y suelo encerado.
Nadine Gordimer en Un arma en casa (1998)
Añadido por Dan Costinaş
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La pandemia cambió el curso de la historia y aceleró los esfuerzos tecnológicos. Todas las previsiones de futuro nos dicen que a partir de ahora jugará la tecnologÃa un papel importante en la educación, los servicios públicos y la salud humana. Pero la tecnologÃa no es de ninguna manera la solución, y sin un Dios, la vida no vale más que un león o un peseta...
Roma, con toda su cultura e historia, es un poema dedicado a la SantÃsima Virgen MarÃa.
Aquà la historia está en casa, algo en lo que estamos atrapados y, por tanto, no podemos verla y comprenderla en su totalidad.
Camelia Oprița en Mendigos de la existencia ( todos los derechos de autor reservados ) (marzo 2020)
Añadido por Olivier Messas
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Empezó a pasar demasiado tiempo rondando por casa de la viuda, asà que ella por fin le dijo que si no de-jaba de rondar por ahà le iba a buscar algún problema. Diablo cómo se puso. Dijo que iba a demostrar quién mandaba en Huck Finn. Asà que un dÃa me estuvo esperando en la fuente, me agarró y me llevó rÃo arriba tres millas en un bote y cruzó al lado de Illinois, donde habÃa bosques y no habÃa más casas que una vieja cabaña de troncos en un sitio con tantos árboles que no se podÃa encontrar si no se sabÃa el camino ya antes. Me llevaba siempre con él y nunca tuve la oportunidad de escaparme. Vivimos en aquella cabaña y siempre cerraba la puerta con llave; por las noches se acostaba con ella debajo de la almohada.
Mark Twain en Las aventuras de Huckleberry Finn (1884)
Añadido por Dan Costinaş
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Un dÃa llamé a Bill y le dije: 'Tengo un nuevo personaje llamado The Bat-Man y he realizado algunos bocetos elementales que me gustarÃa que vieras'. Poco después, llegó a mi casa y le mostré mis dibujos. En ese momento, sólo le habÃa dibujado una pequeña máscara, similar a la que portarÃa eventualmente Robin. Bill me dijo: '¿Por qué no lo hacemos lucir más como un murciélago, dibujándole una capucha con dos hendiduras en los ojos, con tal de hacerlo más misterioso?' Hasta entonces, The Bat-Man vestÃa un traje rojo; las alas, los calzones y la máscara eran de color negro. Yo pensaba que el rojo y el negro serÃan una buena combinación, sin embargo Bill me dijo que la vestimenta resultaba demasiado brillante, sugiriéndome al respecto: 'Coloréalo de gris oscuro para darle un toque más siniestro'.
Bob Kane en AutobiografÃa (1989)
Añadido por Dan Costinaş
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Hay ojos que miran, hay ojos que sueñan...
Hay ojos que miran, -hay ojos que sueñan,
hay ojos que llaman, -hay ojos que esperan,
hay ojos que rÃen -risa placentera,
hay ojos que lloran -con llanto de pena,
unos hacia adentro -otros hacia fuera.
Son como las flores -que crÃa la tierra.
Mas tus ojos verdes, -mi eterna Teresa,
los que están haciendo -tu mano de hierba,
me miran, me sueñan, -me llaman, me esperan,
me rÃen rientes -risa placentera,
me lloran llorosos -con llanto de pena,
desde tierra adentro, -desde tierra afuera.
En tus ojos nazco, -tus ojos me crean,
vivo yo en tus ojos -el sol de mi esfera,
en tus ojos muero, -mi casa y vereda,
tus ojos mi tumba, -tus ojos mi tierra.
poema de Miguel de Unamuno
Añadido por Dan Costinaş
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¿No podrÃa ir a un asilo de ancianos? Sà podrÃa; pero para eso siempre queda tiempo. Mientras pueda valerse, no piensa ir; porque la libertad no se compra con todo el oro del mundo. Ha vivido en esta casa 52 años seguidos, los suficientes para echar en ella raÃces que llegan al centro de la tierra. Yo la visito todos los lunes. Hablamos de todo. Me lo cuenta todo. La entretengo con historias de Alaska. En mi afán de arrimar el ascua a mi sardina, salgo con temas sobrenaturales, como por ejemplo: que ella pudiera muy bien ir derecha al cielo sin pasar por el purgatorio si ofrece sus sufrimientos tanto los exteriores como los interiores y los une a los de Cristo en la cruz. Eso la convertirÃa en un Cristo viviente y doliente y la transformarÃa en corredentora por participación. Siempre que voy llevo preparados algunos chistes que la hacen reÃr hasta que la invade la tos. Yo pienso: hacer reÃr a doña Inés es la decimaquinta obra de misericordia.
cita de Segundo Llorente
Añadido por Dan Costinaş
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Red cautivadora
En la extensión mojada,
lejos de las habitaciones y las leyes,
desveló el nuevo dÃa,
alto ya el sol, una congoja
de salinas y esteros (charcos) extasiados, de rostros
quemados en el mar, de vida quieta
y esperante, bajo la luz del Sur.
HabÃa una charca negra. Los cardúmenes (bancos de peces),
desposeÃdos antes de su casa sin lÃmite,
arreados más tarde
por las grandes cuadrÃculas amargas de la sal,
giraban en silencio; hacia la superficie
se conmovió lo negro de repente
en vastos y callados remolinos, como si contuviera
una culpa incallable, mas no llegó a brillar
un anhelante lomo que del aire
lo esperase aún todo.
Hundiéndose hasta el pecho entonces
[...] Leer más
poema de Fernando Quiñones
Añadido por Dan Costinaş
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Cuando salÃa para la escuela, también mi madrastra se sinceró conmigo. Estábamos a solas, en la entrada de casa y me dijo que en aquel dÃa tan triste para todos nosotros esperaba "contar con un comportamiento adecuado" por mi parte. No sabÃa qué responderle, asà pues no dije nada. Quizá haya interpretado mal mi silencio, porque continuó diciéndome que no habÃa querido herir mi sensibilidad y que sabÃa que su advertencia era, en realidad, innecesaria. Estaba segura de que yo, un muchacho de quince años, era perfectamente capaz de calibrar la "gravedad del golpe que habÃamos recibido"; ésas fueron sus palabras. Asentà con la cabeza y vi que con eso le bastaba. Entonces, hizo un gesto con la mano, y temà que fuera a abrazarme. No lo hizo, se limitó a soltar un largo y profundo suspiro entrecortado. Me di cuenta de que sus ojos se ponÃan húmedos; me sentà incómodo. Después, me dejó ir. Fui andando desde la escuela hasta el almacén. Era una mañana limpia y tibia para ser el principio de la primavera. Hubiera podido desabrochar mi abrigo, pero desistÃ: la ligera brisa podÃa haber hecho que las solapas hubieran ocultado de manera antirreglamentaria mi estrella amarilla.
Imre Kertész en Sin destino (1975)
Añadido por Dan Costinaş
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Reincorporación
De madrugada, al alba, eres despertado
y pones sobre ti la manta tirada
durante la noche como un vestido innecesario.
El proceso de la reincorporación es lento
o puede ser rápido, depende del impacto
con las ramas tembladoras de fuera.
Miras, juegas sobre los arrecifes de nubes,
con los rayos del sol, apresurados
por el polvo volador de los bemoles.
Los verbos vivos vuelan y ellos alrededor,
salen de la casa estática junto a ti,
con tus padres que se van a azadonar.
Caminas por senderos oscuros, húmedos,
pisas sobre espinas escondidas entre las hierbas
hasta que se te hinchan las plantas de los pies.
[...] Leer más
poema de Andrei Langa
Añadido por Dan Costinaş
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El guardador de rebaños
El guardador de rebaños
En un medio dÃa de fin de primavera
Tuve un sueño como una fotografÃa.
Vi a Jesucristo descender a la tierra.
Vino por la ladera de un monte
Tornado otra vez niño,
A correr y a revolcarse por la hierba
Y a arrancar flores para tirarlas luego
Y a reÃrse de modo que lo escuchen de lejos.
HabÃa huido del cielo.
Era demasiado nuestro para fingirse
La segunda persona de la Trinidad.
En el cielo era todo falso, todo en desacuerdo
Con flores y árboles y piedras.
En el cielo habÃa que estar siempre serio
Y de vez en cuando tornarse otra vez hombre
Y subir a la cruz, y estar siempre muriendo
Con una corona toda alrededor de espinas
[...] Leer más
poema de Fernando Pessoa en El yo profundo y los otros yos, traducido por Graciela Volco
Añadido por Dan Costinaş
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