Inicio | Adiciones recientes | Lista de autores | Temáticas | Citas al azar | ¡Votar! | Últimos comentarios | Añadir cita

Red cautivadora

En la extensión mojada,
lejos de las habitaciones y las leyes,
desveló el nuevo día,
alto ya el sol, una congoja
de salinas y esteros (charcos) extasiados, de rostros
quemados en el mar, de vida quieta
y esperante, bajo la luz del Sur.

Había una charca negra. Los cardúmenes (bancos de peces),
desposeídos antes de su casa sin límite,
arreados más tarde
por las grandes cuadrículas amargas de la sal,
giraban en silencio; hacia la superficie
se conmovió lo negro de repente
en vastos y callados remolinos, como si contuviera
una culpa incallable, mas no llegó a brillar
un anhelante lomo que del aire
lo esperase aún todo.

Hundiéndose hasta el pecho entonces
en los limos (lodales) inmemoriales,
un hombre, cinco, siete, trabaron ya las aguas,
las mallas, las señales
del terror; todo comenzó a hervir
y el estéril fragor de los saltos subía,
en columna de cuerpos traicionados,
hasta colmar la oscura lancha, las riberas,
el húmedo y desierto amanecer.

Cuánta vida acosada,
pugnando por salvarse, debatía
una batalla desoída y múltiple
de vanas contorsiones, inútiles
maniobras, intentos
contra la trampa última,
sólo a una anticipada muerte conducentes.

poema de Fernando QuiñonesInformarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
Añadido por Dan Costinaş
¡Comentar! | ¡Votar! | ¡Copia!

Share
 
 

No hay ningún comentario todavía.


Comentario

Nombre (necesario)

Dirección de correo electrónico (no será publicada)


Votar

Google+

Si te ha parecido interesante, ahora puedes compartirlo y díselo a Google.