Esta es su tierra, y no hay razón para que no se comporten con naturalidad, sus raÃces han ido hundiéndose en este suelo generación tras generación, sin necesidad de que vengas de lejos en su busca. En cuanto a los que se fueron de aquà hace tiempo, en su época no existÃa todavÃa la estación de autobuses, y menos aún los coches de lÃnea. Por rÃo, habÃa que tomar una barca cubierta de esteras; y por tierra, alquilar una carreta. Si realmente uno no tenÃa dinero, sólo podÃa contar con sus suelas. Ahora, todos los que aún tienen un soplo de vida regresan, incluso desde la otra orilla del PacÃfico, ya sea en utilitario o en coche de lujo con aire acondicionado. Algunos han hecho fortuna, otros se han hecho famosos, otros no son nada, pero han envejecido y quieren volver. Al aproximarse al final de la vida, ¿quién no siente nostalgia por su tierra?
Gao Xingjian en La montaña del alma (1990)
Añadido por Dan Costinaş
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Citas similares
Vuestros huesos
Voy a evitar la tierra recientemente cavada,
para no entrar en sus vientres y tocar
las bandadas de huesos que no son vuestras.
Voy a evitar la tierra húmeda, como si evitase
los pastos llenos de tinieblas.
Voy a acercarme a orillas de las aguas
y sentarme a la puerta oculta del crepúsculo,
lejos de los caminos que van a todas partes.
Pero ya tengo que ir otra vez
y voy a ponerme de nuevo el escudo aplanado.
Por aquà han pasado los caracoles,
por allá los hermanos-cangrejos
han tirado de sus cuerpos truncados.
¿Por dónde tengo que ir
para poder volver a vuestros huesos?
poema de Andrei Langa
Añadido por Dan Costinaş
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Los cisnes salvajes de Coole
Los árboles están en plena belleza otoñal,
y los senderos del bosque están secos,
en el crepúsculo de octubre el agua
refleja un cielo quieto;
sobre el agua que desborda las piedras
hay cincuenta y nueve cisnes.
Diecinueve otoños me cayeron encima
desde la primera vez que los contara;
y vi, mucho antes de haber terminado
que todos de repente vuelo alzaban
dispersándose en grandes anillos rotos
en revuelo de alas clamorosas.
Yo apreciaba esas criaturas brillantes
y hoy mi corazón está dolido.
Todo cambió desde que, al oÃr en el ocaso,
por primera vez en esta costa
sobre mi cabeza el tañer de sus alas
con paso más ligero caminara.
Frescos aún, amante con amante,
chapotean en las frÃas
y afables corrientes o por el aire ascienden.
Sus corazones no han envejecido;
vagan a su antojo, pues pasión o conquista
aún los esperan.
Flotan ahora sobre el agua tranquila,
misteriosos y bellos.
¿Entre qué juncos se asentarán,
al borde de cuál lago o estanque
deleitarán los ojos de los hombres
cuando despierte yo algún dÃa
para descubrir que se han volado?
poema de William Butler Yeats, traducido por Delia Pasini
Añadido por Dan Costinaş
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Juego del escondite
El cuerpo es una carga. El olor de incienso
te conmueve y te despiertas en una iglesia
llena de gente, rodeando una tumba.
Puede que sea tu hermano...
Tú crees que sueñas, que los demás son fantasmas,
que aquà resuenan melodÃas para dormir a los niños
y el cura toca con su incensario el alto del cielo,
arriba de todo, estudiándolo atentamente.
No tengas miedo a los muertos, ellos no muerden
y no se mueven con ostentación alrededor
sino que se han parado por un tiempo por aquÃ,
tardando sobre un pensamiento distinto, sólo esto.
Es verdad que después ya no pueden volver
y se quedan bien escondidos entre nosotros,
asà como pasa en el juego del escondite.
¿Quién busca a quién?
poema de Andrei Langa
Añadido por Dan Costinaş
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Es la historia de una generación perdida, de una Italia perdida. Antes la gente tenÃa ganas de vivir, de conocer a las personas, de comunicarse, habÃa libertad para soñar. Ahora todos se encierran en sus casas y en sus coches.
Anita Ekberg en entrevista por «La Repubblica» (2010)
Añadido por Dan Costinaş
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Gigi L'amoroso
Ya llega Gigi l'amoroso, por donde va con su mirar hace caricias.
Gigi l'amoroso, conquistador y seductor repartiendo delicias.
Es fiesta cada vez que canta él: Zazar, Luna caprese, O sole mio.
Gigi Giuseppe pero todo el mundo le llamaba Gigi el cariñoso, traÃa locas a las mujeres,
a todas la mujeres, a la del panadero que cerraba la tienda los martes para...,
a la del notario una santa que nunca habÃa faltado a su marido,
ni con el pensamiento y la viuda del consejal que no llevaba luto porque no le sentaba bien el negro.
A todas y a mÃ, hasta que un dÃa llegó una americana perdió la Tramontana,
y le propuso irse a Hollywood, porque ahà tu serás el más guapo galán,
le repetÃa ya sin respirar.
Con que gran emoción, todas en la estación, sacamos los pañuelos en el adiós
y rezamos por él por que viera también América rendida sus pies.
Y cuando allá llegó a todas les gustó. Ya llega Gigi l'amoroso, por donde va con su mirar hace caricias,
Gigi l'amoroso conquistador y seductor repartiendo delicias.
Pues nada mas llegar ya les cantó: Zazar, Luna caprese, O sole mio,
Mucho tiempo pasó desde que se marchó, No "news" son buenas "news"
se llegó a decir, nuestra vida cambio la alegrÃa se fue, vivimos solo por sobrevivir.
Y a pesar de saber que está lejos de aquÃ, a veces nos parecer oÃr su voz y un suspiro
también que nos llega de ahà volando en su nostálgica canción.
Conquistador y seductor con sus caricias. Gigi. ¿Gigi estas ahà escondido?,
¿no te ha ido bien por allá eh? Pero Gigi que pensabas llegar a caso a ser
Gigi el americano, ma Gigi a quién se le ocurre, tú eres Guiseppe Fabrizio,
Luca Santini y eres napolitano. "Corleone che è arrivato Gigi, che è arrivato Gigi dall'America"
¿Oyes, les oyes Gigi?, es tu público, no te vayas están todos aquÃ,
han debido reconocerte en la estación, Gigi canta, canta Gigi canta para ellos,
canta para mÃ, que no he sabido nunca mas que hablar. Venga, canta eso Gigi, eso bravo.
"Carmela lo sai che è arrivato Gigi dall'America, Rosalina senti che è arrivato Gigi da Hollywood.
Te lo dico io, ma si non mi credi...".
canción interpretada por Dalida, música de P. Sebastian, Gefingal
Añadido por Simona Enache
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La casada infiel
Y que yo me la llevé al rÃo
creyendo que era mozuela,
pero tenÃa marido.
Fue la noche de Santiago
y casi por compromiso.
Se apagaron los faroles
y se encendieron los grillos.
En las últimas esquinas
toqué sus pechos dormidos,
y se me abrieron de pronto
como ramos de jacintos.
El almidón de su enagua
me sonaba en el oÃdo
como una pieza de seda
rasgada por diez cuchillos.
Sin luz de plata en sus copas
los árboles han crecido,
y un horizonte de perros
ladra muy lejos del rÃo.
Pasadas las zarzamoras,
los juncos y los espinos,
bajo su mata de pelo
hice un hoyo sobre el limo.
Yo me quite la corbata.
Ella se quitó el vestido.
Yo el cinturón con revólver.
Ella sus cuatro corpiños.
Ni nardos ni caracolas
tienen el cutis tan fino,
ni los cristales con luna
relumbran con ese brillo.
Sus muslos se me escapan
como peces sorprendidos,
la mitad llenos de lumbre,
la mitad llenos de frÃo.
Aquella noche corrÃ
el mejor de los caminos,
montado en potra de nácar
sin bridas y sin estribos.
No quiero decir, por hombre,
las cosas que ella me dijo.
La luz del entendimiento
me hace ser muy comedido.
Sucia de besos y arena,
yo me la llevé al rÃo.
Con el aire se batÃan
las espaldas de los lirios.
Me porté como quien soy.
Como un gitano legÃtimo.
Le regalé un costurero
grande, de raso pajizo,
y no quise enamorarme
porque teniendo marido
me dijo que era mozuela
cuando la llevaba al rÃo
poema de Federico GarcÃa Lorca en Romancero Gitano (1928)
Añadido por Dan Costinaş
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Los ideales que iluminan mi camino y una y otra vez me han dado coraje para enfrentar la vida con alegrÃa han sido: la amabilidad, la belleza y la verdad.
cita de Albert Einstein
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Los que más han amado al hombre le han hecho siempre el máximo daño. Han exigido de él lo imposible, como todos los amantes.
cita de Friedrich Nietzsche
Añadido por Dan Costinaş
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Admito que tengo un complejo con los pogromos. Hay muchÃsimos judÃos que ya no tienen complejos. Pero los que lo han vivido, han quedado acomplejados con las cámaras de gas.
cita de Golda Meir
Añadido por Dan Costinaş
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Hamlet: Yo he oÃdo, que tal vez asistiendo a una representación, hombres muy culpados han sido heridos en el alma con tal violencia por la ilusión del teatro, que a vista de todos han publicado sus delitos.
réplica en Hamlet, Acto II, Escena 2 de William Shakespeare (1599), traducido por Inarco Celenio
Añadido por Dan Costinaş
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Vive en un edificio elegante, aunque tengas que alquilar una habitación en el ático, donde te puedas codear con personas ricas y de éxito en los pasillos y ascensores. Frecuenta los cafés de lujo, aunque sólo puedas tomar sus bebidas a pequeños sorbos. No tardarás en darte cuenta de que mucha gente con dinero se siente muy sola.
cita de Aristóteles Onassis
Añadido por Dan Costinaş
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La belleza es la inocencia; la inocencia es la ignorancia; la ignorancia es la ignorancia del placer; el placer es culpable; él es culpable. Ese muchacho, con su cuerpo nuevo, intacto, es inocente, pero él, gobernado por sus oscuros deseos, es culpable. Lo han dejado a él solo con todos los pensamientos. ¿Cómo los guardará todos en su cabeza, todos los libros, toda la gente, todas las historias? Y si él no los recuerda, ¿quién lo hará?
J.M. Coetzee en Infancia (1998)
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Shakespeare
Shakespeare creó el mundo en siete dÃas.
En el primero hizo el cielo, los montes y los abismos del alma.
El segundo dÃa hizo los rÃos, mares, océanos
Y demás sentimientos ---
Y se los ofreció a Hamlet, Julio César, Antonio, Cleopatra y Ofelia,
A Otelo y a otros,
Para que los dominaran ellos y sus descendientes
Por los siglos de los siglos.
El tercer dÃa congregó a todos los hombres
Y les enseñó los gustos:
El gusto de la felicidad, del amor, del desconsuelo
El gusto de los celos, de la gloria, y siguió asÃ
Hasta que se acabaron todos los gustos.
Luego aparecieron unos indivÃduos que habÃan llegado tarde.
El Creador les acarició, compasivo la cabeza,
Y les dijo que no les quedaba otra cosa sino hacerse
CrÃticos literarios
Y contestar su obra.
Reservó el cuarto y el quinto dÃa para la risa.
Soltó a los bufones
Con sus cabriolas
Y dejó a los reyes, emperadores
Y a otros infelices que se divirtieran.
El sexto dÃa resolvió algunos problemas administrativos:
Urdió una tempestad,
Y enseñó al rey Lear
A llevar corona de paja.
Quedaban unos cuantos desechos tras la Creación
Con los que forjó a Ricardo III.
El séptimo dÃa se dedicó a comprobar si le quedaba algo por hacer.
Los directores de teatro ya tenÃan la tierra llena de carteles,
Y pensó Shakespeare que tal vez merecÃa después de toda su fatiga
Ser simple espectador por una vez.
Pero antes de nada, puesto que estaba cansado sobremanera,
Se fue a morir un rato.
poema de Marin Sorescu, traducido por Catalina Iliescu
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Si los restos de mis ejércitos me han seguido hasta este final momento es que sabÃan que yo, su jefe, sucumbirÃa con el último de ellos en este último campo de batalla. El vencedor no es el que se queda con vida en el campo de batalla, sino el que muere por una causa bella.
cita de Francisco Solano López
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¿Crees tú acaso que todos los bandoleros son malos? Te engañas, hija mÃa; son hombres que se ven obligados a mostrar su valor, nada más que eso. Mi marido solÃa decir: En los tiempos antiguos los hombres iban a la guerra, ahora no hay guerras, y los hombres siguen con necesidad de luchar; por eso se ejercitan en actos de violencia, rapiñas y otros excesos, no por hacer mal, sino para hacer alarde, sea como sea, de su valor.
Grazia Deledda en Cenizas (1904)
Añadido por Dan Costinaş
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Canción del pirata
Con diez cañones por banda,
Viento en popa a toda vela,
No corta el mar, sino vuela,
Un velero bergantÃn:
Bajel pirata que llaman,
Por su bravura el Temido,
En todo mar conocido
Del uno al otro confÃn.
La luna en el mar riela,
En la lona gime el viento,
Y alza en blando movimiento
Olas de plata y azul;
Y ve el capitán pirata,
Cantando alegre en la popa,
Asia a un lado; al otro, Europa;
Y allá, a su frente, Estambul.
Navega, velero mÃo,
Sin temor;
Que ni enemigo navÃo,
Ni tormenta, ni bonanza,
Tu rumbo a torcer alcanza,
Ni a sujetar tu valor.
Veinte presas
Hemos hecho
A despecho
Del inglés,
Y han rendido
Cien naciones
Sus pendones
A mis pies.
Que es mi barco mi tesoro,
Que es mi Dios la libertad,
Mi ley la fuerza y el viento,
Mi única patria la mar.
Allá muevan feroz guerra
Ciegos reyes
Por un palmo más de tierra;
Que yo tengo aquà por mÃo
Cuanto abarca el mar bravÃo,
A quien nadie impuso leyes.
Y no hay playa
Sea cualquiera,
Ni bandera
De esplendor
Que no sienta
Mi derecho
Y de pecho
A mi valor.
Que es mi barco mi tesoro
A la voz de ¡Barco viene!
Es de ver
Cómo vira y se previene
A todo trapo escapar;
Que yo soy el rey del mar,
Y mi furia es de temer.
En las presas
Yo divido
Lo cogido
Por igual;
Sólo quiero
Por riqueza
La belleza
Sin rival.
Que es mi barco mi tesoro
¡Sentenciado estoy a muerte!
Yo me rÃo;
No me abandone la suerte
Y al mismo que me condena
Colgaré de alguna antena,
Quizá en su propio navÃo.
Y si caigo,
¿Qué es la vida?
Por perdida
Ya la di,
Cuando el yugo
Del esclavo
Como un bravo
SacudÃ.
Que es mi barco mi tesoro
Son mi música mejor
Aquilones;
El estrépito y temblor
De los cables sacudidos,
Del negro mar los bramidos
Y el rugir de mis cañones.
Y del trueno
Al son violento
Y del viento
Al rebramar
Yo me duermo
Sosegado,
Arrullado
Por la mar.
Que es mi barco mi tesoro,
Que es mi Dios la libertad,
Mi ley la fuerza y el viento,
Mi única patria la mar.
poema de José de Espronceda
Añadido por Dan Costinaş
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¿No podrÃa ir a un asilo de ancianos? Sà podrÃa; pero para eso siempre queda tiempo. Mientras pueda valerse, no piensa ir; porque la libertad no se compra con todo el oro del mundo. Ha vivido en esta casa 52 años seguidos, los suficientes para echar en ella raÃces que llegan al centro de la tierra. Yo la visito todos los lunes. Hablamos de todo. Me lo cuenta todo. La entretengo con historias de Alaska. En mi afán de arrimar el ascua a mi sardina, salgo con temas sobrenaturales, como por ejemplo: que ella pudiera muy bien ir derecha al cielo sin pasar por el purgatorio si ofrece sus sufrimientos tanto los exteriores como los interiores y los une a los de Cristo en la cruz. Eso la convertirÃa en un Cristo viviente y doliente y la transformarÃa en corredentora por participación. Siempre que voy llevo preparados algunos chistes que la hacen reÃr hasta que la invade la tos. Yo pienso: hacer reÃr a doña Inés es la decimaquinta obra de misericordia.
cita de Segundo Llorente
Añadido por Dan Costinaş
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Si el poeta fuere casto en sus costumbres, lo será también en sus versos; la pluma es lengua del alma: cuales fueren los conceptos que en ella se engendraren, tales serán sus escritos; y cuando los reyes y prÃncipes veen la milagrosa ciencia de la poesÃa en sujetos prudentes, virtuosos y graves, los honran, los estiman y los enriquecen, y aun los coronan con las hojas del árbol a quien no ofende el rayo, como en señal que no han de ser ofendidos de nadie los que con tales coronas veen honradas y adornadas sus sienes.
Miguel de Cervantes Saavedra en El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha (1605)
Añadido por Dan Costinaş
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Los lÃderes son, más tarde, menos recordados por los beneficios que han logrado que por los resultados de sus esfuerzos.
cita de Charles de Gaulle
Añadido por Dan Costinaş
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La desesperación es como un rÃo; en una orilla están los niños; en la otra los hombres maduros, los que han despertado ya de su letargo. Todos (los sentimientos) son buenos, óptimos, también el odio, también la envidia, también los celos, también la crueldad.
cita de Hermann Hesse
Añadido por Dan Costinaş
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