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Pero tú me enseñaste, oh mi venerado maestro, tú me enseñaste a amar la verdad. Me dijiste mil veces que faltar a ella es delito aun en las materias frívolas. Era entonces mi corazón tan tierno, y tu voz tan eficaz cuando me imprimiste en él esta máxima, que no la borrará la sucesión de los tiempos.

José Cadalso en Cartas marruecas (1789)Informarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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Ernest Hemingway

Entonces, comenzaron a ganar altura hacia el este, parecía; después, oscureció y se encontraron en plena tormenta, la lluvia tan espesa que podía haber creído volar a través de un cascada, y después salieron de ella y Compie volvió la cabeza y sonrió, señalando a algo con el dedo, delante de ellos, todo lo que pudo ver, tan vasta como el mundo, inmensa, alta e increíblemente blanca bajo el sol, era la cima cuadrada del Kilimanjaro. Y entonces comprendió que era adonde iba.

Ernest Hemingway en Las nieves del Kilimanjaro (1936)Informarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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Marin Sorescu

Grupo

Llevaban un montón de tiempo conviviendo.
Y habían empezado a repetirse un poco:

Él era ella,
Y ella era él.

Ella era ella,
Y él, era ella también.

Ella a veces era o no era,
Entonces él llegaba a ser ellas,
O algo así, por el estilo.

Por la mañana sobre todo,
Hasta que conseguían terminar de deslindarse
Quién era quién,
Dónde empezaban y dónde acababan,
¡Por qué así y no de otro modo,
Perdían un sinfin de horas!
Pasaba el tiempo como por un río llevado.

Trataban hasta de besarse a veces,
Pero de pronto descubrían,
Que ambos eran ella.
Más fáciles de repetir.

Y asustados, se ponían, pues
A bostezar.
Era un bostezo así,
De lana suave
Que hasta se podía tricotar
De la siguiente forma:
Una de ellas bostezaba muy atenta,
Mientras la otra sujetaba el ovillo.

poema de Marin Sorescu, traducido por Catalina IliescuInformarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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Pájaro azul

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí dentro, no voy
a permitir que nadie
te vea.
hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que está ahí dentro.
hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres
montarme un lío?
¿es que quieres
mis obras?
¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
en Europa?
hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste.
luego lo vuelvo a introducir,
y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado
morir del todo
y dormimos juntos
así
con nuestro
pacto secreto
y es tan tierno como
para hacer llorar
a un hombre, pero yo no
lloro,
¿lloras tú?

poema de Charles BukowskiInformarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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Oscar Wilde

Infanta: Su baile era divertido; pero su manera de actuar es más divertida aún. Verdaderamente es casi tan bueno como las marionetas, sólo que, desde luego, no es tan natural.

réplica en Una casa de granadas (El cumpleaños de la infanta), obra de Oscar Wilde (1892)Informarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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Miguel de Cervantes Saavedra

Pero el que más se admiró fue Sancho Panza, por parecerle -como era así verdad- que en todos los días de su vida había visto tan hermosa criatura; y así, preguntó al cura con grande ahínco le dijese quién era aquella tan fermosa señora, y qué era lo que buscaba por aquellos andurriales.

Miguel de Cervantes Saavedra en El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha (1605)Informarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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Amores extraños

Ya sabía que no llegaría,
ya sabía que era una mentira,
cuanto tiempo que por él perdí,
que promesa rota sin cumplir.
son amores problemáticos,
como tú, como yo.

Es la espera en un teléfono,
la aventura de lo ilógico,
la locura de lo mágico,
un veneno sin antídoto,
la amargura de lo efímero,
porque él se marchó.

Amores, tan extraños que te hacen cínica,
te hacen sonreír entre lágrimas.
cuántas páginas hipotéticas, para no escribir las
auténticas.

Son amores que sólo a nuestra edad
se confunden en nuestros espíritus,
te interrogan y nunca te dejan ver
si serán amor o placer.

Y cuantas noches lloraré por él,
cuantas veces volveré a leer
aquellas cartas que yo recibía
cuando mis penas eran alegrías.

Son amores esporádicos,
pero en ti quedarán.

Amores, tan extraños que vienen y se van,
que en tu corazón sobrevivirán,
son historias que siempre contarás
sin saber si son de verdad.

Son amores frágiles,
prisioneros, cómplices,
son amores problemáticos,
como tú, como yo.

son amores frágiles,
prisioneros, cómplices,
tan extraños que viven negándose
escondiéndose de los dos.

Ya sabía que no llegaría,
esta vez me lo prometeré,
tengo ganas de un amor sincero, ya sin él.

canción interpretada por Laura PausiniInformarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
Añadido por Simona Enache
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Sigmund Freud

La Ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como unas pocas palabras bondadosas.

cita de Sigmund FreudInformarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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Charles Dickens

Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación.

Charles Dickens en Historia de dos ciudades (1859)Informarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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María Márquez es la mejor bailadora de todos los tiempos, que es diferente a la bailarina, o sea es flamenca. Si hablo así es porque he hecho un análisis muy minucioso de su baile y, además, he visto a todas las de antes y las de ahora. Ella es lo que yo era en mis mejores tiempos.

cita de Vicente EscuderoInformarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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Cantar es de amor

Como una ficción
si no de sangre, si de rojo
agua, sal y no las lágrimas bebí.

En el fragor de la batalla
corazones vuelve y baja
son caballos al galope sobre ti.

Amarse es darnos a la fuga
lo hemos dicho, lo hemos hecho, si.

No debe ser verdad,
que si la dices no la dices más.
Esa ilusion tan mía, sincera.

Que se escurre fiera,
por los dedos de la vida
con sonidos, con imágenes de ti.

Maravillosas confusiones,
entre diálogos y voces
cada beso apasionado es humo.

Pero no es la verdad
que siempre es otra
historia amor, la Lei
esa que mi pesar, es de amor

Es improvisada, no es el viento, no es la playa
no es la lluvia que constante nos caía.

Amarse es como encaramarse
por pantallas de ilusiones
y creerse que la hiedra es realidad.

Es la mentira niña mía
una nariz muy larga, un hasta pronto.

No puede ser verdad,
que si la dices, no la dices más.
Estrella que se va
que como yo, tú la revivirás
cuando el amor que es mío, te cantaréeeeeee.

Es cuando tantos juramentos que te hice
han sido engaños
a la vida, cada día escapará.

Amarse y luego comprender
es
en ti

No puede ser verdad
que si la dices, no la dices más
esa ilusión tan mía, sincera.

El que ama canta,
tras las voces de la vida
en el agua que se encuentra con su río.

Tal vez no deba de cantar
si no es de amor, seremos mudos,
pero alguno debe hacerlo.
Solo yo que te canto aún
voy como en fuga hacia tu corazón.

No puede ser verdad
que si la dices, no la dices más
Porque cantarte es de amor
es de amor
es de amor.

canción interpretada por Amedeo MinghiInformarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
Añadido por Simona Enache
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Mark Twain

Cuando yo tenía catorce años, mi padre era tan ignorante que no podía soportarle. Pero cuando cumplí los veintiuno, me parecía increíble lo mucho que mi padre había aprendido en siete años.

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Richard Brautigan

Llueve en el amor

No sé lo que es,
pero me da desconfianza
cuando comienza a gustarme una chica
demasiado.

Me pone nervioso.
No digo las cosas que debería
o tal vez comienzo
a examinar,
evaluar,
calcular
lo que estoy diciendo.

Si digo, "¿Crees que vaya a llover?"
y ella dice, "No lo sé,"
Comienzo a pensar: ¿De verdad me gusta?

En otras palabras
me aterra un poco.

Un amigo una vez me dijo,
"Es veinte veces mejor ser amigos
con alguien
de lo que es enamorarse de ella."

Creo que tiene razón y, además
está lloviendo en algún lugar, programando flores
y manteniendo felices a los caracoles.
Se han tomado todos los cuidados.

MAS

si una chica me gusta mucho
y se comienza a poner de verdad nerviosa
y de repente empieza a hacerme preguntas divertidas
y se entristece si contesto de forma equivocada
y dice cosas como,
"¿Crees que vaya a llover?"
y yo digo, "Posiblemente"
y ella dice, "Oh,"
y se ve un poco triste
con el cielo azul de California
yo pienso: Gracias dios, esta vez eres tú,
en vez de mí.

poema de Richard Brautigan, traducido por Pierre HerreraInformarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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Antonio Machado

¿Dijiste media verdad? Dirán que mientes dos veces si dices la otra mitad.

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Gabriel García Márquez

La última imagen que su madre tenía de él era la de su paso fugaz por el dormitorio. La había despertado cuando trataba de encontrar a tientas una aspirina en el botiquín del baño, y ella encendió la luz y lo vio aparecer en la puerta con el vaso de agua en la mano, como había de recordarlo para siempre. Santiago Nasar le contó entonces el sueño, pero ella no les puso atención a los árboles.

Gabriel García Márquez en Crónica de una muerte anunciada (1981)Informarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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Isaac Bashevis Singer

En Argentina, los que no son judíos, y hablo de los hombres, no practican. Ni siquiera van a la iglesia los domingos. El meollo del asunto está en las señoras. Ellas sí van a la iglesia y se confiesan con el sacerdote. Y cuando el marido de la dama no está en casa, entonces hay vía libre con ella. Pero no dura mucho; a los treinta la dama ya no vale para nada. Todo eso se debe al clima. Además, prácticamente todos los hombres tienen una amante allí.

Isaac Bashevis Singer en Escoria (1991)Informarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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John Keats

Miré un poco, y tan ágil y libre me sentía como si, abanicándome, las alas de Mercurio hubiesen en mis pies retozado: era leve mi corazón, y muchas delicias de mis ojos me estremecían.

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Gabriel García Márquez

Dr. Juvenal Urbino: Ya me sobrará tiempo para descansar cuando me muera pero esta eventualidad no está todavía en mis proyectos.

réplica en El amor en los tiempos del cólera de Gabriel García Márquez (1985)Informarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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Miguel Delibes

Era todo cariño, tan lejos del rencor, que a veces no recordaba por qué se había atado el hilo en el dedo.

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Yo solo me echo miel en el té

yo solo me echo miel en el té
ella se sienta tranquilamente en la silla y me mira
se extraña de que mi mano no tiemble

es tan temprano que
en sus ojos cabe el sol
sólo para acomodarse una vez más
luego sale del mar

ella ya no está sentada en la silla pero me mira
tiene las manos frías y la pared
entre nosotros se ha vuelto transparente

poema de Călin Hera en Yo solo me echo miel en el té (Îmi pun singur miere în ceai) (2010), traducido por Mihaela BazavanInformarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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Dante Alighieri

Canto I

La gloria de aquel que todo mueve
penetra el universo, y resplandece
en una parte más y en otra menos.

En el cielo que más de su luz prende
fui yo, y vi cosas que redecir
no sabe ni puede el que de allí desciende;

porque acercándose a su deseo,
nuestro intelecto se ahonda tanto,
que tras él la memoria ir no puede.

En verdad cuanto del reino santo
pudo mi mente acumular tesoro,
será ahora materia de mi canto.

¡O buen Apolo!, al último afán
hazme ser de tu valor tal vaso
como exiges para dar el laurel amado.

Hasta aquí una cumbre del Parnaso
asaz me fue; mas ahora con ambas
me es preciso entrar en la faltante arena.

Entra en mi pecho e inspira tal aliento
como cuando de Marsias arrancaste
de los miembros la piel.

¡Oh divina virtud! Si me otorgaras
tanto que la sombra del beato reino
signada en mi cabeza manifieste,

llegar verásme a tu amado leño,
y coronarme entonces de aquellas hojas
de las que el tema y tú me harán digno.

Si raras veces, Padre, se las coge
para triunfar ya césar o poeta,
culpa y vergüenza es del querer humano,

que parir alegría para la alegre
deífica deidad debería la fronda
penea, cuando de sí a alguien asedienta.

A pequeña chispa gran llama secunda:
quizá detrás de mí con mejor voz
se invocará para que Cirra responda.

Surge a los mortales por diversas bocas
la lucerna del mundo; mas de aquella
que cuatro cercos junta con tres cruces,

con mejor curso y con mejor estrella
de ella sale conjunta, y la mundana cera
más a su modo atempera y sella.

Formado había allá la mañana y acá la puesta
aquella boca casi, y allá era todo blanco
el hemisferio, y acá la otra parte negra,

cuando a Beatriz a su siniestro lado
vi volverse y mirar al Sol;
un águila así no lo miró tan fijo nunca.

Y así como el segundo royo suele
brotar del primero y rebotar asuso,
como peregrino que retornar quiere,

así su acto, por los ojos infuso
en mi fantasía, mío se hizo,
y clavé los ojos en el Sol allende nuestro uso.

Mucho es permitido allá, que aquí no se permite
a nuestras virtudes, en razón del lugar
que es propio de la humana especie.

No lo sufrí mucho, pero no tan poco
que no lo viera centellear en torno
como del fuego el hierro sale candente;

y de golpe pareció que un día a otro
se uniera, como si Aquel que puede
pusiera al cielo de otro Sol adorno.

Beatriz toda en las eternas ruedas
fijos los ojos tenía; y yo en ella
mis luces puse, de allá arriba depuestas.

En su figura me metí tan adentro,
como en el mar Glauco al gustar la hierba,
que consorte lo hizo de los demás dioses.

Transhumanar significar per verba
no se podría; pero el ejemplo baste
a quien vivirlo la gracia otorgue.

Si de mi sólo quedaba aquello que creaste
últimamente, ¡Oh amor que el cielo gobiernas!
tú lo sabes, que con tu luz me elevaste.

Cuando la rueda, que tú eternamente
deseado, a ella mi atención sedujo
con la armonía que tú temperas y disciernes,

mostróseme entonces tan inflamado el cielo
por la llama del Sol, como lluvia o rio
no podrían hinchar algo más un lago.

La novedad del son y la gran lumbre
por sí mismas encendieron en mí tal deseo
como nunca antes hube de sentirlo tan agudo;

y entones ella, que me veía como yo me veo,
para aquietarme el ánimo revuelto,
antes que yo lo pidiera, abrió la boca

y comenzó: Tú mismo te haces grueso
con el falso imaginar, de modo que no ves
lo que verías si mejor lo sacudieras.

No estás en la tierra, como tú crees;
no hay fulgor que huyendo de su sitio,
no corra como tú que a ella vuelves.

Si de la primera duda fui desvestido
por las sonrientes palabritas breves,
dentro de otra más nueva fui vestido;

y dije: Antes contento reposé
con gran asombro, mas ahora me admiro
como pueda traspasar por estos cuerpos leves.

Entonces ella, tras un pío suspiro,
los ojos dirigió a mí con el semblante
de una madre ante el delirio de su hijo,

y comenzó: Las cosas todas ellas
guardan entre sí un orden, que es la forma
que a Dios el universo hace semejante.

Aquí las nobles criaturas ven la huella
del eterno valor, que es el fin
para el que fue hecha la indicada norma.

Al orden que yo digo se inclinan
todas las criaturas, de diversas formas,
más a su principio o menos vecinas;

por donde corren a diversos puertos
por el gran mar del ser, y cada una
con el instinto conductor que le fue dado.

Uno arrastra el fuego hacia la Luna;
otro el corazón mortal motora;
otra la tierra restringe en sí y aduna;

y no sólo a las criaturas que son
sin inteligencia este arco saeta,
mas a las que tienen intelecto y amor.

La providencia, que todo regula,
con su luz mantiene siempre quieto al cielo,
dentro del cual está el que gira con mayor presteza

y entonces a allí, como a lugar preciso,
conduce la virtud de aquella cuerda
que, lo que dispara, a feliz blanco endereza.

Verdad es que muchas veces la forma
no se ajusta a la intención del arte,
porque a responder la materia es sorda,

así a veces de este curso se aparta
la criatura que tiene el poder
de plegarse, aunque así ordenada, a otra parte,

y, tal como verse puede caer
fuego de nube, así el ímpetu primero
a tierra baja desviado por falso placer.

No debes pues admirarte, si bien estimo,
de tu subida, más que del río que
del alto monte desciende a bajo sitio.

Maravilla sería en ti, si, de impedimento
libre, abajo te quedaras quieto,
como si a tierra se adhiriera el fuego vivo.

Entonces retorné la vista al cielo.

poema de Dante Alighieri en La Divina Comedia, El Paraíso, traducido por Lic. Jorge SanguinettiInformarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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