La especulación, aunque engrandecida en dimensiones gigantescas, aunque avanzando como un conquistador que todo lo invade, y a quien no arredran los obstáculos, suele, sin embargo, detenerse delante de los templos del Señor, como la arena que arrebata el viento del desierto, se detiene al pie de las Pirámides.
Fernán Caballero en La gaviota (1849)
Añadido por Dan Costinaş
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Sin embargo, el temor acompaña a lo desconocido. El temor les llegó como una droga, aunque no procedente del botiquÃn de ella caminaron con calma sin nada que decirse por los pasillos de los juzgados, Harald dejó pasar a Claudia con la cortesÃa de un desconocido cuando encontraron la puerta, entraron y avanzaron de lado torpemente para sentarse en los bancos. Incluso el olor del lugar era como el de un paÃs extranjero al que hubieran sido deportados. El olor a barreras de madera pulidas y suelo encerado.
Nadine Gordimer en Un arma en casa (1998)
Añadido por Dan Costinaş
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No falta quien desprecie los libros y prefiera aprender directamente de la vida; aunque asà no se suele pasar del prólogo de la existencia.
cita de Francisco Gabilondo Soler
Añadido por Dan Costinaş
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Finalmente, se hará constar que el propio sol es el centro del universo. Todo esto ha sido propuesto por la sistemática procesión de los acontecimientos y la armonÃa de todo el universo, aunque sólo nos enfrentamos a los hechos, como ellos dicen, "con ambos ojos abiertos".
cita de Nicolás Copérnico
Añadido por Dan Costinaş
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El ritmo de la vida
Yo camino en el ritmo entretenido de la música.
Yo vivo en el ritmo vibrante de la ciudad.
Yo me muevo en el ritmo misterioso de la vida.
Pero tu ritmo no es el mÃo,
y ni siquiera es el de ella,
aunque quizá nos sincronicemos algunas veces...
Yo respiro en el ritmo apasionado de la danza.
Yo pienso en el ritmo vivo de sus pasos.
Yo veo el ritmo de la vida de quienes me rodean.
Distinto al mÃo, en el tono y en el sonido,
y sin embargo, me sincronizo con el ritmo sin interrupción de los dÃas
que se suceden uno tras otro.
Nosotros luchamos en el impresionante vórtice de la vida.
Nosotros vibramos por cada segundo ganado.
Nosotros corremos detrás de un espejismo del desierto
que hemos elegido como realidad ideal.
Pero mi espejismo no es el mismo que el tuyo, o el suyo,
y siempre afecta a uno o a otro, pero nunca a todos.
poema de Cornelia Păun Heinzel en Estepona viva: Narrativa-poesÃa (18 marzo 2014), traducido por Alfredo Cernuda
Añadido por Cornelia Păun Heinzel
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Si supiésemos que somos arena
Si supiésemos que somos arena
CerrarÃamos bien las ventanas y las puertas
Para no ser por el viento desmembrados.
Depués rodarÃamos en la playa
En los dÃas de sol
Para remendar los agujeros del cuerpo;
confluirÃamos felices en todo recipiente
para robarle la forma y los olores.
poema de Menotti Lerro en Poesias elegÃdas (2010), traducido por Ana MarÃa Pinedo López
Añadido por Paul Abucean
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Milagro
TenÃas en los viejos tiempos el besar del sol sabiendo
a hierba,
huelas ahora a niño - tras nacer de ti dos vidas
que te reconciliaron con tu propio nacimiento,
y sin embargo
aún sueñas con el hogar de tus abuelos.
Buscas en el Tarot los signos de un futuro que se
encuentra
abrazado a su pasado,
como el suicida hallado en el filo de su puente, su piedra
al cuello,
dudando sin embargo en lanzarse...
¡Y entrevés,
en el instante en que la cobardÃa suplica una tregua
la indiferente luz del dÃa y su monótono milagro
que te salva!
poema de Dinu Flămând en En la cuerda de tender (2012), traducido por Catalina Iliescu
Añadido por Dan Costinaş
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La Señora Oriana a Dulcinea del Toboso
¡Oh, quién tuviera, hermosa Dulcinea,
por más comodidad y más reposo,
a Miraflores puesto en el Toboso,
y trocara sus Londres con tu aldea!
¡Oh, quién de tus deseos y librea
alma y cuerpo adornara, y del famoso
caballero que hiciste venturoso
mirara alguna desigual pelea!
¡Oh, quién tan castamente se escapara
del señor AmadÃs como tú hiciste
del comedido hidalgo don Quijote!
Que asà envidiada fuera y no envidiara,
y fuera alegre el tiempo que fue triste,
y gozara los gustos sin escote.
poema de Miguel de Cervantes Saavedra en El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha (1605)
Añadido por Dan Costinaş
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El silencio y el ala
El silencio inerte,
la calma de un viento inanimado,
las langostas en los campos, incluso están mudas,
la cavidad del cielo es mate,
el horizonte negro, estrecho, sin entradas,
volcado allà a donde vuelve, como un cripta.
Nosotros dos alargados en las sombras de una vieja pared,
nuestra sombra extendida,
envueltos en el tormento.
Inesperadamente,
una estrella sola echa hojas en el cielo
y parpadea la pluma de un pájaro solitario en el apático silencio.
Yo susurré, amiga mÃa; pide a Nuestro Señor
y ruégale que disperse en nuestras sombras
el pálpito de la vida
de nuevo.
poema de Saleh Abd Al-Sabur en Los sueños del viejo jinete (1964), traducido por Manuel Jiménez Lucena
Añadido por Dan Costinaş
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Junto al mar
Amarrados al mar,
tus sueños, llevados por las olas,
arriban a puertos desconocidos
en viaje sin retorno
del que no te puedes escapar.
Van quedando lejanas y pequeñas
-como los dÃas que pasaron sin vivir-
las manos agitadas sobre el cantil
que fue la vida;
llegando las lágrimas al mar
surcando los deseos y las promesas
que fueron quedando amontonadas
como amontonados los recuerdos
de todo cuanto fuiste.
Te vas alejando, como tu historia,
como tu sombra y tus huellas,
te vas marchando y en aire
dejando olor a despedida;
aromas de sal que te llevan
dejándote aquà para siempre.
poema de Juan Antonio Pellicer en Letras de Parnaso
Añadido por Cornelia Păun Heinzel
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Pero la mujer siguió contemplando con silencio empecinado la melena del caballo, y una sombra cayó repentinamente sobre el valle de marjales, porque era uno de esos dÃas de comienzos del verano que tienen rostros animados... blancas manadas de nubes cruzan el cielo como pensamientos y las sombras barren la tierra y arrebatan el sol a todo el valle, aunque las montañas que se yerguen en torno sigan bañadas en la luz del sol.
Halldór Laxness en Gente independiente (Sjálfstætt fólk) (1934)
Añadido por Dan Costinaş
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El escritor, muchas veces, es como un caballo de carreras que ha perdido su jinete y ya no sabe porque está corriendo ni dónde está la meta y, sin embargo, se le exige seguir corriendo aunque no sepa ni hacia dónde ni por qué razón.
cita de Antonio Gala
Añadido por Dan Costinaş
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Cuando se violan sus derechos, se los margina y excluye, los migrantes no pueden contribuir ni económica ni socialmente a las sociedades que han dejado atrás y tampoco a aquellas a las que llegan. Sin embargo, cuando se los apoya mediante polÃticas adecuadas y la protección de los derechos humanos, la migración puede ejercer una influencia beneficiosa en las personas, asà como en los paÃses de origen, tránsito y destino.
Ban Ki-moon en Mensaje en el DÃa Internacional del Migrante (18 diciembre 2011)
Añadido por Dan Costinaş
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No te rindas, por favor no cedas, aunque el frÃo queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda, y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños. Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque cada dÃa es un comienzo nuevo, porque esta es la hora y el mejor momento.
cita de Mario Benedetti
Añadido por Dan Costinaş
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Artistas como Bach o Beethoven construyeron a la altura de las iglesias y los templos. Yo quise, como Ibsen en sus dramas, construir para los hombres, para que se sintieran en casa y felices.
cita de Edvard Grieg
Añadido por Dan Costinaş
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¡Vamos! ¡En pie! ¡Surge! ¡Escucha! ¡Escucha! ¡Despierta! Rompe tus cadenas; sé. Sal de las sombras. Arráncate de la noche; emerge; ¡En pie! ¡En pie! ¡Endurécete! que aparezca tu fuerza. Y que tus ojos sean una corona de los más claros ojos. Corónate. Compón tu mirada. Siéntete todo el instrumento de este dÃa que empieza y del acto que te llama.
cita de Paul Valéry
Añadido por Dan Costinaş
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Te Enamorarás
Te enamorarás
aunque no de mi.
Tu estarás allÃ
y sucederá... lo sé, asÃ.
De la libertad
y de la amistad
sé que pasarás,
cuando te enamores, ya... verás.
Puedo verlo sin creerlo,
como un póster de James Dean,
siento miedo sin tenerlo,
escondido en mi blue-jean.
Es tan grande como el cielo
es tan fuerte como un dios,
el amor mas verdadero,
el amor que no soy yo.
Te enamorarás
de un bastardo que
te dirá mentiras
y te reirás de mi.
Quién te defenderá
del miedo de la noche
y de esta vida que no da
mas que reproches.
Te enamorarás lo sé
pero no de mi,
con profundidad,
como nunca imaginé de ti.
Ya te veo con tus llantos
cuando allà te falte yo,
lavas, planchas, friegas platos
y la vida dice no.
Un retraso de seis dÃas
sin saber ni como fue,
me verás en tu recuerdo
tu que pasas hoy de mi.
Te enamorarás.. de mi,
pero no estaré... allÃ,
te enamorarás
y será muy tarde ya.
Y el cielo llorará,
le faltará una estrella,
vete con tu felicidad...
eres tan bella.
Te enamorarás,
te enamorarás,
te enamorarás,
no de mi, mas te enamorarás.
canción interpretada por Marco Masini (1993)
Añadido por Simona Enache
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CaÃda de la ciudad de Mèng
Una nueva familia a las puertas de las murallas.
Los árboles están viejos, muy lángidos los sauces.
Estos que de nuevo vienen, ¿Cómo gobernarán?
Vana es la tristeza del anterior señor de Mèng.
poema de Wang Wei, traducido por Antonio Salméron Cabañas
Añadido por Dan Costinaş
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La casada infiel
Y que yo me la llevé al rÃo
creyendo que era mozuela,
pero tenÃa marido.
Fue la noche de Santiago
y casi por compromiso.
Se apagaron los faroles
y se encendieron los grillos.
En las últimas esquinas
toqué sus pechos dormidos,
y se me abrieron de pronto
como ramos de jacintos.
El almidón de su enagua
me sonaba en el oÃdo
como una pieza de seda
rasgada por diez cuchillos.
Sin luz de plata en sus copas
los árboles han crecido,
y un horizonte de perros
ladra muy lejos del rÃo.
Pasadas las zarzamoras,
los juncos y los espinos,
bajo su mata de pelo
hice un hoyo sobre el limo.
Yo me quite la corbata.
Ella se quitó el vestido.
Yo el cinturón con revólver.
Ella sus cuatro corpiños.
Ni nardos ni caracolas
tienen el cutis tan fino,
ni los cristales con luna
relumbran con ese brillo.
Sus muslos se me escapan
como peces sorprendidos,
la mitad llenos de lumbre,
la mitad llenos de frÃo.
Aquella noche corrÃ
el mejor de los caminos,
montado en potra de nácar
sin bridas y sin estribos.
No quiero decir, por hombre,
las cosas que ella me dijo.
La luz del entendimiento
me hace ser muy comedido.
Sucia de besos y arena,
yo me la llevé al rÃo.
Con el aire se batÃan
las espaldas de los lirios.
Me porté como quien soy.
Como un gitano legÃtimo.
Le regalé un costurero
grande, de raso pajizo,
y no quise enamorarme
porque teniendo marido
me dijo que era mozuela
cuando la llevaba al rÃo
poema de Federico GarcÃa Lorca en Romancero Gitano (1928)
Añadido por Dan Costinaş
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Para bien o para mal, el dominio del aire es hoy la máxima expresión del poderio militar. Las flotas y los ejércitos, aunque necesarios, deben aceptar un lugar subordinado.
cita de Winston Churchill (1943)
Añadido por Dan Costinaş
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¿No podrÃa ir a un asilo de ancianos? Sà podrÃa; pero para eso siempre queda tiempo. Mientras pueda valerse, no piensa ir; porque la libertad no se compra con todo el oro del mundo. Ha vivido en esta casa 52 años seguidos, los suficientes para echar en ella raÃces que llegan al centro de la tierra. Yo la visito todos los lunes. Hablamos de todo. Me lo cuenta todo. La entretengo con historias de Alaska. En mi afán de arrimar el ascua a mi sardina, salgo con temas sobrenaturales, como por ejemplo: que ella pudiera muy bien ir derecha al cielo sin pasar por el purgatorio si ofrece sus sufrimientos tanto los exteriores como los interiores y los une a los de Cristo en la cruz. Eso la convertirÃa en un Cristo viviente y doliente y la transformarÃa en corredentora por participación. Siempre que voy llevo preparados algunos chistes que la hacen reÃr hasta que la invade la tos. Yo pienso: hacer reÃr a doña Inés es la decimaquinta obra de misericordia.
cita de Segundo Llorente
Añadido por Dan Costinaş
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