Te Enamorarás
Te enamorarás
aunque no de mi.
Tu estarás allÃ
y sucederá... lo sé, asÃ.
De la libertad
y de la amistad
sé que pasarás,
cuando te enamores, ya... verás.
Puedo verlo sin creerlo,
como un póster de James Dean,
siento miedo sin tenerlo,
escondido en mi blue-jean.
Es tan grande como el cielo
es tan fuerte como un dios,
el amor mas verdadero,
el amor que no soy yo.
Te enamorarás
de un bastardo que
te dirá mentiras
y te reirás de mi.
Quién te defenderá
del miedo de la noche
y de esta vida que no da
mas que reproches.
Te enamorarás lo sé
pero no de mi,
con profundidad,
como nunca imaginé de ti.
Ya te veo con tus llantos
cuando allà te falte yo,
lavas, planchas, friegas platos
y la vida dice no.
Un retraso de seis dÃas
sin saber ni como fue,
me verás en tu recuerdo
tu que pasas hoy de mi.
Te enamorarás.. de mi,
pero no estaré... allÃ,
te enamorarás
y será muy tarde ya.
Y el cielo llorará,
le faltará una estrella,
vete con tu felicidad...
eres tan bella.
Te enamorarás,
te enamorarás,
te enamorarás,
no de mi, mas te enamorarás.
canción interpretada por Marco Masini (1993)
Añadido por Simona Enache
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Soneto XVII
No te amo como si fueras rosa de sal, topacio
o flecha de claveles que propagan el fuego:
te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
secretamente, entre la sombra y el alma.
Te amo como la planta que no florece y lleva
dentro de sÃ, escondida, la luz de aquellas flores,
y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo
el apretado aroma que ascendió de la tierra.
Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde,
te amo directamente sin problemas ni orgullo:
asà te amo porque no sé amar de otra manera,
sino asà de este modo en que no soy ni eres,
tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mÃa,
tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.
poema de Pablo Neruda en Cien sonetos de amor (1959)
Añadido por Dan Costinaş
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Vete amor
Vete amor,
que todavÃa estamos a tiempo,
crees que no,
despreocupado estás contento,
vete amor,
que paz ya no tendré ni tendrás,
perderemos el sueño.
Crees que no,
los trenes y algún paragüas,
incluso el periódico leeremos mal,
querido verás,
nos preguntaremos cómo es posible
que el mundo lo sepa todo de nosotros.
Tal vez te llamaré
"diablillo (trastito) amoroso"
y "dudú dadadá",
y tu nombre será el nombre de cada ciudad,
de un gatito regado que maullará,
tu nombre estará en un cartel que hace,
de la publicidad, en la calle para mÃ
y yo con la nariz hacia arriba la cabeza sacudiré,
siempre allÃ, siempre tú...
todavÃa un poco más
y después todavÃa no lo sé.
Vete amor,
mi bárbaro invasor,
crees que no,
sonriente timador.
Vete un rato,
que paz ya no tendré ni tendrás,
vete o tendremos problemas.
Y pequeñas disputas, querido, verás
la guerra estelar que vendrá,
nuestro amor estará allÃ,
tembloroso (vibrante) y brillante, asÃ...
Una vez más te llamaré
"diablillo (trastito) amoroso"
y "dudú dadadá",
y tu nombre será el frÃo y la oscuridad,
un gatazo desgreñado que me arañará,
tu amor será un mes de sequÃa
y en el cielo no hay lluvia fresca para mÃ
y yo con la nariz hacia arriba la cabeza perderé,
siempre allÃ, siempre tú...
todavÃa un poco más
y después todavÃa no lo sé.
Una vez más te llamaré
"diablillo (trastito) amoroso"
y "dudú dadadá",
y tu nombre será el nombre de cada ciudad,
de un gatito regado que maullará,
tu nombre estará en un cartel que hace,
de la publicidad, en la calle para mÃ
y yo con la nariz hacia arriba la cabeza sacudiré,
siempre allÃ, siempre tú...
todavÃa un poco más
y después todavÃa no lo sé.
canción interpretada por Amedeo Minghi y Mietta
Añadido por Simona Enache
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Él no está por ti
Él no esta por ti,
buena amiga tÃmida,
Él te mira asÃ...
sin saber por qué.
Ella y tú que va,
buen amigo y nada más.
Ella sin dudar
lo comprende todo.
Y será un amor
como escondido entre los dos.
Porque entre gestos y palabras
sentiréis que el corazón se para.
Sin notar el ruido de la gente alrededor,
dejando irse los minutos y los dÃas
en compañÃa.
Háblale de ti
sin temor a qué decir,
dile aquello que
ha nacido en ti.
Y será un amor
como querais vosotros dos.
Habrá palabras siempre bellas,
dÃas llenos de emociones nuevas.
Ojos de mirada enamorada que darán
envidia al sol de vuestras tardes sin edad.
Pero escuchadme,
qué fácil es hacerse daño,
aunque no quiera nadie,
cuando el amor está empezando.
Él no esta por ti,
buena amiga tÃmida,
Él no esta por ti,
el amor naciendo, sÃ.
canción interpretada por Laura Pausini
Añadido por Simona Enache
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Dispárame, dispara
La tele apago ya
la mariposa sin la luz cayo
ah ...me pasa a mi tambien
es uno de mis limites
por cualquier cosa caigo yo
escalofrios siento cada vez
me lo decias siempre tu
siempre tu
yo te he dicho vete
siento el perfume de la ciudad
donde me encierro en soledad
este es otro de mis limites
cuando te pienso siento que
escalofrÃos me dan otra vez
he sido estupida yo lo se
yo lo se
yo lo se
no pienses mas en mi
apuntame y dispara
tu corazon he roto amor disparame dispara
no pienses mas en mi
no esperes de mi nada
tu corazon he roto
amor disparame dispara aqui ...aqui
se bien quien soy yo
aunque no haya leido freud
es mi manera de pensar
la que no puedo superar
solo por esto estoy aqui
y tu a miles de quilometros
que dormiras no se con quien
ahora alli
ahora alli
no pienses mas en mi
apuntame y dispara
el corazon te he roto
amor disparame dispara
no pienses mas en mi
no esperes de mi nada
el corazon te he roto
amor disparame dispara aqui
aqui
dispara aqui
dispara
no pienses mas en mi
apuntame y dispara
el corazon te he roto
amor disparame dispara
no pienses mas en mi
no esperes de mi nada
el corazon te he roto
amor disparame dispara aqui
aqui
amor dispara aqui
amor disparame dispara.
canción interpretada por Laura Pausini
Añadido por Simona Enache
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Pero el que más se admiró fue Sancho Panza, por parecerle -como era asà verdad- que en todos los dÃas de su vida habÃa visto tan hermosa criatura; y asÃ, preguntó al cura con grande ahÃnco le dijese quién era aquella tan fermosa señora, y qué era lo que buscaba por aquellos andurriales.
Miguel de Cervantes Saavedra en El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha (1605)
Añadido por Dan Costinaş
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Canto XXX
Tal vez a seis mil millas de nos lejana
hierve la sexta hora, y este mundo
inclina ya su sombra casi al lecho plano,
cuando el medio cielo, tan profundo,
comienza a cambiarse tanto, que alguna estrella
allá su aparecer pierde en el fondo;
y en cuanto viene la clarÃsima sierva
del Sol avanzando, entonces en el cielo
una a una se apagan hasta la más bella.
No de otro modo el triunfo que festeja
siempre en torno del punto que me venció,
como incluido en aquello que lo incluye,
de poco a poco de mi vista se extinguió;
por lo cual volvà mis ojos a Beatriz
pues ya nada veÃa y me obligaba el amor.
Si cuanto hasta aquà de ella se dijo
encerrado fuera todo en una loa,
no podrÃa ella cumplir su cometido.
La belleza que vi nos trasciende
no sólo allá, y tanto que ciertamente creo
que sólo su Hacedor la goza por entero.
En este paso más vencido me concedo
que lo fuera un autor de comedia
o de tragedia en el clÃmax de su tema;
pues, como el Sol a una flaca vista,
asà el recuerdo de la dulce sonrisa
agotaba mi mente por mi mismo ya vacÃa.
Desde el primer dÃa que vi su rostro
en esta vida, hasta llegar a esta vista,
de continuar mi canto no me vi privado,
pero ahora es necesario que desista
de ir ya más tras su belleza, poetizando,
como al cabo de sus fuerzas todo artista.
Asà la dejo en manos de mayor bando
que el de mi tuba, que conduce
la ardua su materia terminando,
y con acto y voz de expedito guÃa
recomenzó: Hemos salido fuera
del mayor cuerpo al cielo que es luz pura:
luz intelectual, plena de amor;
amor de verdadero bien, lleno de dicha;
dicha que trasciende toda dulzura.
Aquà verás a ambas milicias
del paraÃso, y a una con el mismo aspecto
en que la verás en la última justicia.
Como súbito relámpago que dispersa
los espÃritus visivos, tal que priva
al ojo de ver más fuertes objetos,
asà me circundó una luz viva,
y dejóme cegado con tal velo
su fulgor, que nada aparecÃa.
Siempre el amor que aquieta este cielo
con este saludo al que llega acoge
a fin de disponer a su llama la candela.
Tan pronto hubieron llegado a mÃ
estas breves palabras, comprendÃ
que habÃa ascendido por encima de mis fuerzas;
y me reencendà en una visión nueva
tal que de ninguna luz más pura que fuera
no pudieran mis ojos defenderse de ella.
Y vi una luz viniendo como un rÃo
fúlgido de fulgor, entre dos riberas
salpicadas de admirable primavera.
De la corriente brotaban centellas vivas,
que de todas partes llovÃan en las flores,
como rubÃes que el oro circunscribe;
luego, como embriagadas de olores
sumergÃanse en el admirable torbellino,
y la una se metÃa y la otra se salÃa afuera.
El gran deseo que ahora te inflama y urge,
que te expliquen lo que estás viendo,
tanto me place cuanto mayor insurge;
pero es preciso que de esta agua bebas
antes de que tanta sed en ti se sacie.
Asà me dijo el sol de los ojos mÃos.
Y agregó todavÃa: El rÃo y los topacios
que entran y salen y el sonreÃr de la hierba
como sombra de las veras son prefacios;
no que estas mismas cosas en sà sean acerbas;
mas por defecto de tu parte
porque tu visión no es aún tan soberbia.
No hay infante que tan súbito vuelva
su rostro a la leche, si despierta
más tarde de lo que acostumbra,
como yo por mejorar los espejos
de mis ojos, inclinándome a la onda
que se abre para que allà se prospere.
Y no bien de ella bebieron las cejas
de mis párpados, me pareció que la corriente
en su dimensión se hacÃa redonda.
Luego, como gente enmascarada
que se ve distinta que antes si desviste
la ajena figura que la esconde,
asà se cambiaron en mayor fiesta
las flores y las centellas, en cuanto vi
a ambas las cortes del cielo manifiestas.
¡Oh esplendor de Dios por quien vi
el alto triunfo del veraz reino,
dame la virtud de contarlo como lo vi!
Luz hay allá arriba que hace visible
al creador a toda criatura
que de sólo verlo funda su paz.
Y se extiende en circular figura,
de tal tamaño que su circunferencia
serÃa del Sol demasiado amplia cintura;
de rayos consiste toda su apariencia
que se reflejan en la cumbre del primer móvil,
que obtiene de allà su vivir y su potencia.
Y como colina que en el agua sus laderas
espeja, como para verse bella,
cuando de verdura y flores rebosa
asÃ, sobre la luz y flotando en torno,
vi espejarse en mil graderÃas las almas todas
que de nuestro mundo han hecho allà arriba su retorno.
Y si el Ãnfimo grado recoge
tan gran luz, ¡cuál será de esta rosa
la magnitud de sus extremas frondas!
Mi visión en lo amplio y en la altura
no se perdÃa, mas de todas las cosas prendÃa
el cuánto y el cuál de aquella alegrÃa.
Cerca y lejos, allÃ, ni pone ni quita;
que donde Dios sin intermedios gobierna,
la ley natural no tiene cabida.
En el dorado centro de la rosa sempiterna,
que se dilata y se escala y resuma
olor de loas al Sol de la eterna primavera,
como quien calla y hablar quiere,
Beatriz me atrajo y dijo: ¡Mira
cuán grande es el convento de las estolas blancas!
¡Mira nuestra ciudad cuánto se extiende!
¡Mira nuestros escaños tan repletos,
que poca gente más se espera!
En esa gran sede en la que los ojos tienes
por la corona que ya está allà puesta,
antes que tú en estas nupcias cenes,
se sentará el alma, que ya fue augusta
del gran Enrique, que a enderezar Italia
vendrá antes que ella esté dispuesta.
La ciega codicia que os enferma,
os ha hecho como el niño
que muere de hambre y rechaza a la nodriza;
y hará que prefecto sea en el foro divino
un tal que en abierto y en cubierto
no andará con él por un mismo camino.
Mas poco será luego por Dios soportado
en el santo oficio: pues será arrojado
allá donde Simón Mago está por sus méritos
y hará que el de Anagni caiga aún más hondo.
poema de Dante Alighieri en La Divina Comedia, El ParaÃso, traducido por Lic. Jorge Sanguinetti
Añadido por Dan Costinaş
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El Cordobes
Todo envuelto en polvo te vi partir, de tu bella Córdoba hasta Madrid, para demostrar lo que habÃa en ti.
Cuando tú llegaste la luz del sol, con tu valentÃa se confundió.
Y te vi reÃr loco de emoción.
Pero allà nadie pudo ver el porque reÃas asÃ, y una voz muy dentro de ti te gritó: tú puedes vencer.
Entre el y sombra luchabas tú, con la claridad de tu juventud, te sobraba ardor, te sobraba luz.
Ni un momento el miedo te dominó y la muerte cerca de ti pasó, porque como tú, nadie se acercó.
Pero al fin todo mundo vio el porqué reÃas asÃ, cuando oyó muy dentro de ti, esa voz que ayer te alentó.
Desde que la vida te vio nacer, ¡Oh Manuel Benites, que amarga fue! hasta que te llamaron "El Cordobés".
canción interpretada por Dalida, música de Gerard Bourgeois
Añadido por Simona Enache
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Cantar es de amor
Como una ficción
si no de sangre, si de rojo
agua, sal y no las lágrimas bebÃ.
En el fragor de la batalla
corazones vuelve y baja
son caballos al galope sobre ti.
Amarse es darnos a la fuga
lo hemos dicho, lo hemos hecho, si.
No debe ser verdad,
que si la dices no la dices más.
Esa ilusion tan mÃa, sincera.
Que se escurre fiera,
por los dedos de la vida
con sonidos, con imágenes de ti.
Maravillosas confusiones,
entre diálogos y voces
cada beso apasionado es humo.
Pero no es la verdad
que siempre es otra
historia amor, la Lei
esa que mi pesar, es de amor
Es improvisada, no es el viento, no es la playa
no es la lluvia que constante nos caÃa.
Amarse es como encaramarse
por pantallas de ilusiones
y creerse que la hiedra es realidad.
Es la mentira niña mÃa
una nariz muy larga, un hasta pronto.
No puede ser verdad,
que si la dices, no la dices más.
Estrella que se va
que como yo, tú la revivirás
cuando el amor que es mÃo, te cantaréeeeeee.
Es cuando tantos juramentos que te hice
han sido engaños
a la vida, cada dÃa escapará.
Amarse y luego comprender
es
en ti
No puede ser verdad
que si la dices, no la dices más
esa ilusión tan mÃa, sincera.
El que ama canta,
tras las voces de la vida
en el agua que se encuentra con su rÃo.
Tal vez no deba de cantar
si no es de amor, seremos mudos,
pero alguno debe hacerlo.
Solo yo que te canto aún
voy como en fuga hacia tu corazón.
No puede ser verdad
que si la dices, no la dices más
Porque cantarte es de amor
es de amor
es de amor.
canción interpretada por Amedeo Minghi
Añadido por Simona Enache
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Poema de la soledad
SÃ, tu niñez ya fábula de fuentes.
El tren y la mujer que llena el cielo,
tu soledad esquiva en los hoteles
y tu máscara pura de otro signo.
Es la niñez del mar y tu silencio
donde los sabios vidrios se quebraban,
es tu yerta ignorancia donde estuvo
mi torso limitado por el fuego.
Norma de amor te di, hombre de Apolo,
llanto con ruiseñor enajenado,
pero, pasto de ruina, te afilabas
para los breves sueños indecisos.
Pensamiento de enfrente, luz de ayer,
Ãndices y señales del acaso.
Tu cintura de arena sin sosiego
atiende sólo rastros que no escalan,
pero yo he de buscar por los rincones
tu alma tibia sin ti que no te entiende,
con el dolor de Apolo detenido
con que he roto la máscara que llevas.
AllÃ, león, allÃ, furia del cielo,
te dejaré pacer en mis mejillas;
allÃ, caballo azul de mi locura,
pulso de nebulosa y minutero,
he de buscar las piedras de alacranes
y los vestidos de tu madre niña,
llanto de media noche y paño roto
que quitó luna de la sien del muerto.
SÃ, tu niñez ya fábula de fuentes.
Alma extraña de mi hueco de venas,
te he de buscar pequeña y sin raÃces,
¡Amor de siempre, amor, amor de nunca!
¡Oh, sÃ! Yo quiero. ¡Amor, amor! Dejadme.
No me tapen la boca los que buscan
espigas de Saturno por la nieve
o castran animales por un cielo,
clÃnica y selva de la anatomÃa.
Amor, amor, amor. Niñez del mar.
Tu alma tibia sin ti que no te entiende.
Amor, amor, un vuelo de la corza
por el pecho sin fin de la blancura.
Y tu niñez, amor, y tu niñez.
El tren y la mujer que llena el cielo,
Ni tú, ni yo, ni el aire, ni las hojas.
SÃ, tu niñez ya fábula de fuentes.
poema de Federico GarcÃa Lorca
Añadido por Dan Costinaş
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Ir sin amor por la vida es como ir al combate sin música, como emprender un viaje sin un libro, como ir por el mar sin estrella que nos oriente.
cita de Stendhal
Añadido por Dan Costinaş
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Amores extraños
Ya sabÃa que no llegarÃa,
ya sabÃa que era una mentira,
cuanto tiempo que por él perdÃ,
que promesa rota sin cumplir.
son amores problemáticos,
como tú, como yo.
Es la espera en un teléfono,
la aventura de lo ilógico,
la locura de lo mágico,
un veneno sin antÃdoto,
la amargura de lo efÃmero,
porque él se marchó.
Amores, tan extraños que te hacen cÃnica,
te hacen sonreÃr entre lágrimas.
cuántas páginas hipotéticas, para no escribir las
auténticas.
Son amores que sólo a nuestra edad
se confunden en nuestros espÃritus,
te interrogan y nunca te dejan ver
si serán amor o placer.
Y cuantas noches lloraré por él,
cuantas veces volveré a leer
aquellas cartas que yo recibÃa
cuando mis penas eran alegrÃas.
Son amores esporádicos,
pero en ti quedarán.
Amores, tan extraños que vienen y se van,
que en tu corazón sobrevivirán,
son historias que siempre contarás
sin saber si son de verdad.
Son amores frágiles,
prisioneros, cómplices,
son amores problemáticos,
como tú, como yo.
son amores frágiles,
prisioneros, cómplices,
tan extraños que viven negándose
escondiéndose de los dos.
Ya sabÃa que no llegarÃa,
esta vez me lo prometeré,
tengo ganas de un amor sincero, ya sin él.
canción interpretada por Laura Pausini
Añadido por Simona Enache
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Sueños
Cuando el párpado superior del ojo,
consuele al inferior
con las pestañas entrelazadas,
será capaz de discernir el futuro
como un sueño indefinido
y de describir el destino con tus propias manos,
te envolverán los sueños
con las hadas bordando tus pensamientos,
sueños que volarán con las alas extendidas hasta el infinito
como dos lÃneas paralelas que nunca se tocan.
Pensamientos recién nacidos
como la diosa Afrodita, como la espuma del mar,
jirones de esperanza, de confianza
flotando implacables en la nada
sin ser arrojados en el abismo del olvido.
Y juntos, los recuerdos, velos en tonalidades rosadas
colores que dan sentido al presente,
rÃos de lágrimas
de los que brota, caóticamente, la savia el futuro.
Cuándo la imaginación ya no te pueda ayudar
abre los ojos y verás que nada es lo que parece,
luego pregúntate a ti mismo
sobre ese futuro que te espera con confianza…
poema de Cornelia Păun Heinzel en Poesia extranjera español (18 abril 2014), traducido por Alfredo Cernuda
Añadido por Cornelia Păun Heinzel
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La casada infiel
Y que yo me la llevé al rÃo
creyendo que era mozuela,
pero tenÃa marido.
Fue la noche de Santiago
y casi por compromiso.
Se apagaron los faroles
y se encendieron los grillos.
En las últimas esquinas
toqué sus pechos dormidos,
y se me abrieron de pronto
como ramos de jacintos.
El almidón de su enagua
me sonaba en el oÃdo
como una pieza de seda
rasgada por diez cuchillos.
Sin luz de plata en sus copas
los árboles han crecido,
y un horizonte de perros
ladra muy lejos del rÃo.
Pasadas las zarzamoras,
los juncos y los espinos,
bajo su mata de pelo
hice un hoyo sobre el limo.
Yo me quite la corbata.
Ella se quitó el vestido.
Yo el cinturón con revólver.
Ella sus cuatro corpiños.
Ni nardos ni caracolas
tienen el cutis tan fino,
ni los cristales con luna
relumbran con ese brillo.
Sus muslos se me escapan
como peces sorprendidos,
la mitad llenos de lumbre,
la mitad llenos de frÃo.
Aquella noche corrÃ
el mejor de los caminos,
montado en potra de nácar
sin bridas y sin estribos.
No quiero decir, por hombre,
las cosas que ella me dijo.
La luz del entendimiento
me hace ser muy comedido.
Sucia de besos y arena,
yo me la llevé al rÃo.
Con el aire se batÃan
las espaldas de los lirios.
Me porté como quien soy.
Como un gitano legÃtimo.
Le regalé un costurero
grande, de raso pajizo,
y no quise enamorarme
porque teniendo marido
me dijo que era mozuela
cuando la llevaba al rÃo
poema de Federico GarcÃa Lorca en Romancero Gitano (1928)
Añadido por Dan Costinaş
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VivÃa en esta mesma tierra un cielo, donde puso el amor toda la gloria que yo acertara a desearme: tal es la hermosura de Luscinda, doncella tan noble y tan rica como yo, pero de más ventura, y de menos firmeza de la que a mis honrados pensamientos se debÃa.
Miguel de Cervantes Saavedra en El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha (1605)
Añadido por Dan Costinaş
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Manos Vacias
Hoy ya ha vuelto a darme por pensar
que el diablo vino a dar, hoy mi alma
no es tan cara.
En las calles de esta ciudad
no te pares a buscar
los secretos de las
despedidas.
No pensaras, que iba
marcharme con las manos vacias
por ti, no, no, no, no
No pensaras, que iba
marcharme con las manos vacias
por ti, mmmmmmmm.
No me acostumbro a perder
pero juego por placer
y es el juego el que
me da la vida.
No me acostumbro a perder
pero juego por placer
y es el juego, si oh si
me da la vida.
Puede que me canse del alcohol
y que esta noche salga el sol
pero quien, lo necesita.
Nunca sopla el viento a favor
cuando se trata del amor
y pretendes, ir de prisa
No pensaras, que iba
marcharme con las manos vacias
por ti, no, no, no, no
No pensaras, que iba
marcharme con las manos vacias
por ti, mmmmmmmm.
No me acostumbro a perder
pero juego por placer
y es el juego el que
me da la vida.
No me acostumbro a perder
pero juego por placer
y es el juego el que
me da la vida.
No me acostumbro a perder
pero juego por placer
y es el juego si
me da la vida.
No me acostumbro a perder
pero juego por placer
y es el juego, es el juego
me da la vida.
no me acostumbro a perder
no me acostumbro a perder
y es el juego si oh si me da la vida.
no me acostumbro a perder
y es el juego si el juego me da la vida.
no me acostumbro a perder
y es el juego si me da la vida.
Con las manos vacias por ti.
canción interpretada por Miguel Bosé en Los Chicos No Lloran
Añadido por Dan Costinaş
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Soneto amoroso
Si dios eres, Amor, ¿cuál es tu cielo?
Si señor, ¿de qué renta y de qué estados?
¿Adónde están tus siervos y criados?
¿Dónde tienes tu asiento en este suelo?
Si te disfraza nuestro mortal velo,
¿cuáles son tus desiertos y apartados?
Si rico, ¿do tus bienes vinculados?
¿Cómo te veo desnudo al sol y al yelo?
¿Sabes qué me parece, Amor, de aquesto?
Que el pintarte con alas y vendado,
es que de ti el pintor y el mundo juega.
Y yo también, pues sólo el rostro honesto
de mi Lisis asà te ha acobardado,
que pareces, Amor, gallina ciega.
poema de Francisco de Quevedo
Añadido por Dan Costinaş
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La Señora Oriana a Dulcinea del Toboso
¡Oh, quién tuviera, hermosa Dulcinea,
por más comodidad y más reposo,
a Miraflores puesto en el Toboso,
y trocara sus Londres con tu aldea!
¡Oh, quién de tus deseos y librea
alma y cuerpo adornara, y del famoso
caballero que hiciste venturoso
mirara alguna desigual pelea!
¡Oh, quién tan castamente se escapara
del señor AmadÃs como tú hiciste
del comedido hidalgo don Quijote!
Que asà envidiada fuera y no envidiara,
y fuera alegre el tiempo que fue triste,
y gozara los gustos sin escote.
poema de Miguel de Cervantes Saavedra en El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha (1605)
Añadido por Dan Costinaş
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Canción de Otoño en Primavera
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...
Plural ha sido la celeste
historia de mi corazón.
Era una dulce niña, en este
mundo de duelo y de aflicción.
Miraba como el alba pura;
sonreÃa como una flor.
Era su cabellera obscura
hecha de noche y de dolor.
Yo era tÃmido como un niño.
Ella, naturalmente, fue,
para mi amor hecho de armiño,
HerodÃas y Salomé...
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...
Y más consoladora y más
halagadora y expresiva,
la otra fue más sensitiva
cual no pensé encontrar jamás.
Pues a su continua ternura
una pasión violenta unÃa.
En un peplo de gasa pura
una bacante se envolvÃa...
En sus brazos tomó mi ensueño
y lo arrulló como a un bebé...
Y te mató, triste y pequeño,
falto de luz, falto de fe...
Juventud, divino tesoro,
¡te fuiste para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...
Otra juzgó que era mi boca
el estuche de su pasión;
y que me roerÃa, loca,
con sus dientes el corazón.
Poniendo en un amor de exceso
la mira de su voluntad,
mientras eran abrazo y beso
sÃntesis de la eternidad;
y de nuestra carne ligera
imaginar siempre un Edén,
sin pensar que la Primavera
y la carne acaban también...
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer.
¡Y las demás! En tantos climas,
en tantas tierras siempre son,
si no pretextos de mis rimas
fantasmas de mi corazón.
En vano busqué a la princesa
que estaba triste de esperar.
La vida es dura. Amarga y pesa.
¡Ya no hay princesa que cantar!
Mas a pesar del tiempo terco,
mi sed de amor no tiene fin;
con el cabello gris, me acerco
a los rosales del jardÃn...
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...
¡Mas es mÃa el Alba de oro!
poema de Rubén DarÃo (1905)
Añadido por Dan Costinaş
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Gracias Por Pensar En Mi
Hoy mi tristeza no es pasajera
Tengo fiebre de la verdadera Y cuando llegue la noche
Cada estrella paracera una lagrima
No me digas nada
Qusiera ser como todos
Pasar feliz por la vida
O fingir que estoy siempre bien
Ver el color de cosas con humor
No me digas nada
Que lo malo siempre pasa
El futuro sera bueno Todo pasa
Cuando todo esta perdido
Siempre queda una salida
Cuando todo esta perdido
Siempre brilla una luz
Manana es otro dia mejor
Pero hoy
canción interpretada por Ricky Martin, música de Franco de Vita en Vuelve (1998)
Añadido por Dan Costinaş
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La Tortura
Ay payita mÃa
Guárdate la poesÃa
Guárdate la alegrÃa pa'ti
(Ay dame dame damelo)
No pido que todos los dÃas sean de sol
No pido que todos los viernes sean de fiesta
Tampoco te pido que vuelvas rogando perdón
Si lloras con los ojos secos y hablando de ella
Ay amor me duele tanto
Me duele tanto
Que te fueras sin decir a dónde
Ay amor, fue una tortura perderte
Yo se que no he sido un santo
Pero lo puedo arreglar amor
No solo de pan vive el hombre
Y no de excusas vivo yo
Sólo de errores se aprende
Y hoy sé que es tuyo mi corazón
Mejor te guardas todo eso
A otro perro con ese hueso
Y nos decimos adiós
No puedo pedir que el invierno perdone a un rosal
No puedo pedir a los olmos que entreguen peras
No puedo pedirle lo eterno a un simple mortal
Y andar arrojando a los cerdos miles de perlas
Ay amor me duele tanto me duele tanto
Que no creas más en mis promesas
Ay amor es una tortura perderte
Yo sé que no he sido un santo
Pero lo puedo arreglar amor
No sólo de pan vive el hombre
Y no de excusas vivo yo
Sólo de errores se aprende
Y hoy sé que es tuyo mi corazón
Mejor te guardas todo eso
A otro perro con ese hueso
Y nos decimos adiós
(Ay dame dame damelo)
No te bajes, no te bajes
Oye negrita mira, no te rajes
De lunes a viernes tienes mi amor
Déjame el sábado a mi que es mejor
Oye mi negra no me castigues más
Porque allá afuera sin ti no tengo paz
Yo sólo soy un hombre arrepentido
Soy como el ave que vuelve a su nido
Yo se que no he sido un santo
Y es que no estoy hecho de cartón
No sólo de pan vive el hombre
Y no de excusas vivo yo
Sólo de errores se aprende
Y hoy sé que es tuyo mi corazón
Ay, ay, ay, ay, ay, ay
Ay, todo lo que he hecho por tÃ
Fue una tortura perderte
Y me duele tanto que sea asÃ
Sigue llorando perdón
Yo, yo, no voy a llorar hoy por tÃ.
canción interpretada por Shakira feat. Alejandro Sanz, versos de Fernando Ochoa; Shakira
Añadido por Simona Enache
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