En paz
Artifex vitae, artifex sui
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje la miel o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
...Cierto, a mis lozanÃas va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas noches de mis penas;
mas no me prometiste tú sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!
poema de Amado Nervo en Elevación (1915)
Añadido por Paul Abucean
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Citas similares
Nunca podemos juzgar la vida de los demás, porque cada uno sabe de su propio dolor y de su propia renuncia. Una cosa es suponer que uno está en el camino cierto; otra es suponer que ese camino es el único.
Paulo Coelho en A orillas del rÃo Piedra me senté y lloré (1994)
Añadido por Dan Costinaş
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Poeticus
Escribo, porque no puedo pelear batallas con mis manos
y el lápiz -a veces- apunta mejor que la escopeta.
Escribo, porque el verbo escribir suena a única certeza,
y es ruta sin distancias, y es cuerpo sin virus.
Escribo, porque la hoja en blanco es un gato feral
y debo recogerlo, alimentarlo, darle guarida, amarlo.
Escribo, porque los adjetivos acechan y cuando matan,
también dan vida; porque el lugar común no me asusta
y lo que se ha dicho mil veces, igual salpica su encanto.
Escribo, porque todo en mà es un desencuentro:
los terminales se mudan, las calles cambian de nombre,
y nunca atino estaciones, horarios o trabajos, retornos o partidas.
Escribo, porque aunque duele, no duele tanto.
Escribo, para llenar los cántaros,
limpiar los espejos,
empuñar los espacios,
caminar los laberintos.
Escribo, para no morirme de pena.
Por eso escribo...
poema de Ana Cecilia Blum (2013)
Añadido por Dan Costinaş
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Julieta: ¡Ah, buenas noches! Partir es tan dulce pena que diré «buenas noches» hasta que amanezca.
réplica en Romeo y Julieta, Acto II, Escena 2 de William Shakespeare (1597)
Añadido por Dan Costinaş
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Porque no es verdad que esta vida que llevamos sea el destino del hombre en la creacion; y cualquier Gobierno que permitiera llenar el que realmente debe ser; que asegurase á los ciudadanos su libertad, sus derechos; y mejorase su condicion social: cualquiera, fuese cual fuese su nombre, con solo esas condiciones, seria preferible mil veces á eso que vosotros llamais sistema americano.
Florencio Varela en "Juicio sobre el gobierno de Rosas" - artÃculo publicado en el periódico «El Comercio del Plata» (1845)
Añadido por Dan Costinaş
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Después de algunas noches, deberÃa uno cambiar de nombre, porque ya no se es el mismo.
cita de Emil Cioran
Añadido por Dan Costinaş
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Cuando todos los dÃas resultan iguales es porque el hombre ha dejado de percibir las cosas buenas que surgen en su vida cada vez que el sol cruza el cielo.
cita de Paulo Coelho
Añadido por Dan Costinaş
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Pensamientos y palabras doy a luz cada dÃa porqué ellas no aplacan mi pena. Porque mi alma es una viuda gris y sólo multitud de huérfanos ve.
cita de Adam Mickiewicz
Añadido por Dan Costinaş
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La vida. DÃas de esperanza, separados por noches de sueno.
aforismo de Valeriu Butulescu, traducido por Ulises Estrella
Añadido por Simona Enache
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No te rindas, por favor no cedas, aunque el frÃo queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda, y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños. Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque cada dÃa es un comienzo nuevo, porque esta es la hora y el mejor momento.
cita de Mario Benedetti
Añadido por Dan Costinaş
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El Cordobes
Todo envuelto en polvo te vi partir, de tu bella Córdoba hasta Madrid, para demostrar lo que habÃa en ti.
Cuando tú llegaste la luz del sol, con tu valentÃa se confundió.
Y te vi reÃr loco de emoción.
Pero allà nadie pudo ver el porque reÃas asÃ, y una voz muy dentro de ti te gritó: tú puedes vencer.
Entre el y sombra luchabas tú, con la claridad de tu juventud, te sobraba ardor, te sobraba luz.
Ni un momento el miedo te dominó y la muerte cerca de ti pasó, porque como tú, nadie se acercó.
Pero al fin todo mundo vio el porqué reÃas asÃ, cuando oyó muy dentro de ti, esa voz que ayer te alentó.
Desde que la vida te vio nacer, ¡Oh Manuel Benites, que amarga fue! hasta que te llamaron "El Cordobés".
canción interpretada por Dalida, música de Gerard Bourgeois
Añadido por Simona Enache
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En la vida hay que ser un poco tonto porque sinó lo son sólo los demás y no te dejan nada.
cita de Ramón Gómez de la Serna
Añadido por Dan Costinaş
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Eros y Tánatos
Encuentro una luz tangible
En los cuadros de El Greco,
En el aire oliendo a lluvia
Como siempre antes de la tormenta,
En el fuego, que no quema,
En la llama, que se apaga al instante
Como la vida o el amor.
Eros y Tánatos
Son casi el mismo ser,
Porque nada cambia.
Quizá sólo la luz,
Cuando no se refleja en tus ojos,
Y pierde su brillo.
poema de Zofia Walas, traducido por Dan CostinaÅŸ
Añadido por Dan Costinaş
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Sólo entonces sabrás que un camino es nada más un camino, y no hay afrenta, ni para ti ni para otros, en dejarlo si eso es lo que tu corazón te dice. Pero tu decisión de seguir en el camino o de dejarlo debe estar libre de miedo y de ambición. Mira cada camino de cerca y con intención. Pruébalo tantas veces como consideres necesario. Luego hazte a ti mismo, y a ti solo, una pregunta: ¿Tiene corazón este camino? Si tiene, el camino es bueno; si no, de nada sirve.
Carlos Castaneda en Las enseñanzas de Don Juan (1968)
Añadido por Dan Costinaş
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No es que pueda vivir, es que quiero. Es que yo quiero. La vieja carne al fin, por vieja que sea. Porque si la memoria existiera fuera de la carne no serÃa memoria porque no sabrÃa de qué se acuerda y asà cuando ella dejó de ser, la mitad de la memoria dejó de ser y si yo dejara de ser todo el recuerdo dejarÃa de ser. SÃ, pensó. Entre la pena y la nada elijo la pena.
William Faulkner en Palmeras salvajes (1939)
Añadido por Dan Costinaş
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Los pecados mayores que los hombres cometen, aunque algunos dicen que es la soberbia, yo digo que es el desagradecimiento, ateniéndome a lo que suele decirse: que de los desagradecidos está lleno el infierno. Este pecado, en cuanto me ha sido posible, he procurado yo huir desde el instante que tuve uso de razón; y si no puedo pagar las buenas obras que me hacen con otras obras, pongo en su lugar los deseos de hacerlas, y cuando éstos no bastan, las publico; porque quien dice y publica las buenas obras que recibe, también las recompensará con otras, si pudiera; porque, por la mayor parte, los que reciben son inferiores a los que dan; y asÃ, es Dios sobre todos, porque es dador sobre todos, y no pueden corresponder las dádivas del hombre a las de Dios con igualdad, por infinita distancia; y esta estrecheza y cortedad, en cierto modo, la suple el agradecimiento. Yo, pues, agradecido a la merced que aquà se me ha hecho, no pudiendo corresponder a la misma medida, conteniéndome en los estrechos lÃmites de mi poderÃo, ofrezco lo que puedo y lo que tengo de mi cosecha.
Miguel de Cervantes Saavedra en El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha (1605)
Añadido por Dan Costinaş
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Tiempo
Cada momento tiene su propio significado
Para mÃ, para ti, para él.
En cada momento ocurre una gran acción
Para mÃ, para ti, para él.
Cada momento es decisivo
Para mÃ, para ti, para él.
Cada momento puede cambiar tu vida
Hoy, mañana, pasado mañana, para siempre.
Lo bueno, lo malo, o la nada
Por un solo instante
Te puedes convertir en uno rey
Cerca de mÃ, de ti, cerca de todo.
En un momento
Puedes perderlo todo, poco o nada...
poema de Cornelia Păun Heinzel en PoesÃa Extranjera en Español (12 enero 2014), traducido por Alfredo Cernuda
Añadido por Cornelia Păun Heinzel
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Lo Fatal
Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por
lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
¡y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos!...
poema de Rubén DarÃo (1905)
Añadido por Paul Abucean
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Algunas personas nunca aprenden nada, porque todo lo comprenden demasiado pronto.
cita de Alexander Pope
Añadido por Dan Costinaş
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Por un momento ella se quedó en la cama pensando en su madre, quien, aunque enferma toda su vida y apenas capaz de ganarse la vida, nunca les pidió a sus primos nada. Si uno de sus vecinos le decÃa, -Tú tienes parientes ricos, porque no les dejas saber que existes-, ella les contestaba con una sonrisa, -¿Sabes qué es lo mejor de los parientes ricos? Que tú no tienes que mantenerlos.
Shmuel Yosef Agnon en Una simple historia (1935)
Añadido por Dan Costinaş
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El guardador de rebaños
El guardador de rebaños
En un medio dÃa de fin de primavera
Tuve un sueño como una fotografÃa.
Vi a Jesucristo descender a la tierra.
Vino por la ladera de un monte
Tornado otra vez niño,
A correr y a revolcarse por la hierba
Y a arrancar flores para tirarlas luego
Y a reÃrse de modo que lo escuchen de lejos.
HabÃa huido del cielo.
Era demasiado nuestro para fingirse
La segunda persona de la Trinidad.
En el cielo era todo falso, todo en desacuerdo
Con flores y árboles y piedras.
En el cielo habÃa que estar siempre serio
Y de vez en cuando tornarse otra vez hombre
Y subir a la cruz, y estar siempre muriendo
Con una corona toda alrededor de espinas
Y los pies atravesados por un clavo con cabeza,
Y hasta con un trapo alrededor de la cintura
Como los negros de las ilustraciones.
Ni siquiera lo dejaban tener padre y madre
Como los otros niños.
Su padre era dos personas:
Un viejo llamado José, que era carpintero.
Y que no era su padre;
Y el otro padre era una paloma estúpida,
La única paloma fea del mundo
Porque no era del mundo ni era paloma.
Y su madre no habÃa amado antes de tenerlo.
No era mujer: era una valija
En la que habÃa venido del cielo.
Y querÃan que él, que solo naciera de madre,
Y nunca tuviera un padre para amar con respeto,
Pregase la bondad y la justicia!
Un dÃa que Dios estaba durmiendo
Y el EspÃritu Santo andaba volando,
Él fue a la caja de los milagros y robó tres.
Con el primero hizo que nadie supiera que habÃa huido.
Con el segundo se hizo eternamente humano y niño.
Con el tercero creó un Cristo eternamente en la cruz
Y lo dejó clavado en la cruz que hay en el cielo
Y sirve de modelo a las otras.
Después huyó hacia el sol
Y descendió por el primer rayo que encontró.
Hoy vive en mi aldea conmigo.
Es un niño de risa bonita y natural.
Limpia la nariz con el brazo derecho,
Chapotea en los charcos de agua,
Recoge flores, las disfruta y después las olvida.
Les tira piedras a los burros,
Roba fruta en las plantaciones
Y huye llorando y gritando por los perros.
Y, porque sabe que a ellas no les gusta
Y que a todos les causa gracia,
Corre atrás de las muchachas
Que van en grupo por los caminos
Con tinas de agua en las cabezas
Y les levanta las polleras.
A mi me enseñó todo.
Me enseñó a observar las cosas
Me señala todas las cosas que hay en las flores.
Me muestra como son graciosas las piedras
Cuando uno las tiene en la mano
Y las observa lentamente.
... Él vive conmigo en mi casa en medio de la colina.
Él es el Niño Eterno, el dios que faltaba.
Él es lo humano que es natural,
Él es lo divino que sonrÃe y juega.
Y por eso es que yo se con toda certeza
Que él es el Niño Jesús verdadero.
Y el niño tan humano que es divino
Es esta mi cotidiana vida de poeta,
Y es porque él anda siempre conmigo que yo soy poeta siempre.
Y que mi más mÃnima mirada
Me llena de sensación,
Y el más pequeño sonido, sea de lo que sea,
Parece hablar conmigo.
El Niño Nuevo que habita donde vivo
Me da una mano a mi
Y la otra a todo lo que existe
Y asà vamos los tres por el camino venidero,
Saltando y cantando y riendo
Y gozando de nuestro secreto común
Que es el de saber por todas partes
Que no hay misterio en el mundo
Y que todo vale la pena.
El Niño Eterno me acompaña siempre.
La dirección de mi mirada es su dedo señalando.
Mi oÃdo atento alegremente a todos los sonidos
Son las cosquillas que él me hace, jugando, en las orejas.
Nos llevamos tan bien el uno con el otro
En compañÃa de todo
Que nunca pensamos el uno en el otro,
Pero vivimos juntos los dos
En un acuerdo Ãntimo
Como la mano derecha con la izquierda.
Al anochecer jugamos a las cinco piedritas
En el escalón de la puerta de casa,
Graves como corresponde a un dios y a un poeta,
Y como si cada piedra
Fuese todo un universo
Y fuera por eso un gran peligro para ella
Dejarla caer al suelo.
Después yo le cuento historias de las cosas de los hombres
Y él sonrÃe, porque todo es increÃble.
Se rÃe de los reyes y de los que no son reyes,
Y siente pena al oÃr hablar de las guerras,
Y de los negocios, y de los navÃos
Que dejan humo en el aire de altamar.
Porque él sabe que todo eso falta a aquella verdad
Que una flor tiene al florecer
Y que anda con la luz del sol
Modificando los montes y los valles
Y haciendo doler los ojos por la claridad de los muros.
Después el se adormece y yo lo acuesto.
Lo llevo a upa para dentro de casa
Y lo acuesto, desnudándolo lentamente
Como siguiendo un ritual muy limpio
Y todo materno hasta que queda desnudo.
Él duerme dentro de mi alma
Y a veces despierta de noche
Y juega con mis sueños.
Los da vuelta patas para arriba,
Pone unos encima de los otros
Y aplaude solo
Sonriéndole a mi sueño.
Cuando yo muera, hijito,
Sea yo el niño, el más pequeño.
Alzame vos a upa
Y llevame adentro de tu casa.
Desviste mi ser cansado y humano
Y acostame en tu cama.
Y contame historias, si despierto,
Para volverme a adormecer.
Y dame sueños tuyos para jugar
Hasta que nazca algún dÃa
Que vos sabés cual es.
Esta es la historia de mi Niño Jesús.
¿Por que razón que se perciba
No ha de ser ella mas verdadera
Que todo lo que los filósofos piensan
Y todo lo que las religiones enseñan?
poema de Fernando Pessoa en El yo profundo y los otros yos, traducido por Graciela Volco
Añadido por Dan Costinaş
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