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Harry Martinson

Diariamente escuchamos las monedas sonoras que nos han dado y jugamos con el dedo-cantor de la mano izquierda. Intercambiamos monedas de diferentes nombres: y nos las jugamos por todo lo que entrañan, y aunque una dyma apenas pesa un grano, juega como un grillo en cada mano balanceándose en esta tierra de los placeres. Agujeros desconocidos podían verse en el espacio pero, ya que eran inapropiados para el programa de nuestra jornada, rápidamente eran olvidados.

Harry Martinson en Aniara (1956)Informarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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Citas similares

V.S. Naipaul

Muy pronto comprendí que había otro mundo exterior, del cual nuestro mundo colonial era sólo una sombra. Nos enviaba gobernadores y todo lo demás con lo que vivíamos: las conservas baratas que necesitaba la isla desde la época esclavista, las medicinas especiales, las monedas. Nos enviaba libros de texto y exámenes para los diversos títulos escolares. Nos enviaba las películas que alimentaban nuestra vida imaginativa, y las revistas. Todo.

V.S. Naipaul en Leer y escribir (2000)Informarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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Según el magistrado, eran numerosas las ocasiones en las que las pruebas que podían delatar un crimen permanecían ocultas en las heridas, y para descubrirlas era preciso conocerlas y estudiarlas, no como un juez, sino como un cirujano.

Antonio Garrido en El lector de cadáveres (2011)Informarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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Fernando Quiñones

Música Final

No la razón del piano: las del hombre
te condujeron desde que eras niño
y entre la fría luz de la patria angustiada
a la que no habías de volver.

Ya entonces intuiste la caediza
ráfaga del amor, la carrera del tiempo,
los impuros motivos del tambor y las armas,
la soledad en que, como con el regalo
de un dios inexorable,
se mueve nuestra vida hacia su término.

Ya retenías aquello en el sollozo,
más viril y más tierno, de las cuerdas.

Ya eras del todo y para siempre tú,
testigo y mensajero, condolido inventor
de una esperanza para los humanos
o de aquel llanto en luz con que creerla.

Polkas y baladas, las amargas
delicias de un nocturno, los estudios
por los que nieve y fuego, o muerte y vida,
se entrecruzan temblando,
eran emanación de aquella fuerza
con la que el corazón del universo,
cuanto nos ilumina y abandona,
expresión te pedían, ser fijados
de alguna forma, a salvo de tu muerte.

Eso te desgarró y nos dio tu música:
tu palabra de hombre
de una vida más vasta y más completa.

poema de Fernando QuiñonesInformarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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Y con esto tornamos a caminar por luengo de costa la via del rio de Palmas, cresciendo cada dia la sed y la hambre, porque los bastimentos eran muy pocos, y yvan muy al cabo, y el agua se nos acabo, porque las botas que hezimos de las piernas de los cavallos luego fueron podridas y sin ningun provecho: algunas vezes entramos por ancones y bayas, que entravan mucho por la tierra a dentro, todas las hallamos baxas y peligrosas. Y ansi anduvimos por ellas treynta dias, donde algunas vezes hallavamos indios pescadores, gente pobre y miserable.

Álvar Núñez Cabeza de Vaca en Naufragios (1542)Informarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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Fernando Pessoa

El guardador de rebaños

El guardador de rebaños
En un medio día de fin de primavera
Tuve un sueño como una fotografía.
Vi a Jesucristo descender a la tierra.
Vino por la ladera de un monte
Tornado otra vez niño,
A correr y a revolcarse por la hierba
Y a arrancar flores para tirarlas luego
Y a reírse de modo que lo escuchen de lejos.

Había huido del cielo.
Era demasiado nuestro para fingirse
La segunda persona de la Trinidad.
En el cielo era todo falso, todo en desacuerdo
Con flores y árboles y piedras.
En el cielo había que estar siempre serio
Y de vez en cuando tornarse otra vez hombre
Y subir a la cruz, y estar siempre muriendo

Con una corona toda alrededor de espinas
Y los pies atravesados por un clavo con cabeza,
Y hasta con un trapo alrededor de la cintura
Como los negros de las ilustraciones.
Ni siquiera lo dejaban tener padre y madre
Como los otros niños.
Su padre era dos personas:
Un viejo llamado José, que era carpintero.
Y que no era su padre;
Y el otro padre era una paloma estúpida,
La única paloma fea del mundo
Porque no era del mundo ni era paloma.
Y su madre no había amado antes de tenerlo.
No era mujer: era una valija
En la que había venido del cielo.
Y querían que él, que solo naciera de madre,
Y nunca tuviera un padre para amar con respeto,
Pregase la bondad y la justicia!
Un día que Dios estaba durmiendo
Y el Espíritu Santo andaba volando,
Él fue a la caja de los milagros y robó tres.
Con el primero hizo que nadie supiera que había huido.
Con el segundo se hizo eternamente humano y niño.
Con el tercero creó un Cristo eternamente en la cruz
Y lo dejó clavado en la cruz que hay en el cielo
Y sirve de modelo a las otras.
Después huyó hacia el sol
Y descendió por el primer rayo que encontró.
Hoy vive en mi aldea conmigo.
Es un niño de risa bonita y natural.
Limpia la nariz con el brazo derecho,
Chapotea en los charcos de agua,
Recoge flores, las disfruta y después las olvida.
Les tira piedras a los burros,
Roba fruta en las plantaciones
Y huye llorando y gritando por los perros.
Y, porque sabe que a ellas no les gusta
Y que a todos les causa gracia,
Corre atrás de las muchachas
Que van en grupo por los caminos
Con tinas de agua en las cabezas
Y les levanta las polleras.

A mi me enseñó todo.
Me enseñó a observar las cosas
Me señala todas las cosas que hay en las flores.
Me muestra como son graciosas las piedras
Cuando uno las tiene en la mano
Y las observa lentamente.
... Él vive conmigo en mi casa en medio de la colina.
Él es el Niño Eterno, el dios que faltaba.
Él es lo humano que es natural,
Él es lo divino que sonríe y juega.
Y por eso es que yo se con toda certeza
Que él es el Niño Jesús verdadero.

Y el niño tan humano que es divino
Es esta mi cotidiana vida de poeta,
Y es porque él anda siempre conmigo que yo soy poeta siempre.
Y que mi más mínima mirada
Me llena de sensación,
Y el más pequeño sonido, sea de lo que sea,
Parece hablar conmigo.
El Niño Nuevo que habita donde vivo
Me da una mano a mi
Y la otra a todo lo que existe
Y así vamos los tres por el camino venidero,
Saltando y cantando y riendo
Y gozando de nuestro secreto común
Que es el de saber por todas partes
Que no hay misterio en el mundo
Y que todo vale la pena.

El Niño Eterno me acompaña siempre.
La dirección de mi mirada es su dedo señalando.
Mi oído atento alegremente a todos los sonidos
Son las cosquillas que él me hace, jugando, en las orejas.
Nos llevamos tan bien el uno con el otro
En compañía de todo
Que nunca pensamos el uno en el otro,
Pero vivimos juntos los dos
En un acuerdo íntimo
Como la mano derecha con la izquierda.

Al anochecer jugamos a las cinco piedritas
En el escalón de la puerta de casa,
Graves como corresponde a un dios y a un poeta,
Y como si cada piedra
Fuese todo un universo
Y fuera por eso un gran peligro para ella
Dejarla caer al suelo.

Después yo le cuento historias de las cosas de los hombres
Y él sonríe, porque todo es increíble.
Se ríe de los reyes y de los que no son reyes,
Y siente pena al oír hablar de las guerras,
Y de los negocios, y de los navíos
Que dejan humo en el aire de altamar.
Porque él sabe que todo eso falta a aquella verdad
Que una flor tiene al florecer
Y que anda con la luz del sol
Modificando los montes y los valles
Y haciendo doler los ojos por la claridad de los muros.

Después el se adormece y yo lo acuesto.
Lo llevo a upa para dentro de casa
Y lo acuesto, desnudándolo lentamente
Como siguiendo un ritual muy limpio
Y todo materno hasta que queda desnudo.

Él duerme dentro de mi alma
Y a veces despierta de noche
Y juega con mis sueños.
Los da vuelta patas para arriba,
Pone unos encima de los otros
Y aplaude solo
Sonriéndole a mi sueño.
Cuando yo muera, hijito,
Sea yo el niño, el más pequeño.
Alzame vos a upa
Y llevame adentro de tu casa.
Desviste mi ser cansado y humano
Y acostame en tu cama.
Y contame historias, si despierto,
Para volverme a adormecer.
Y dame sueños tuyos para jugar
Hasta que nazca algún día
Que vos sabés cual es.
Esta es la historia de mi Niño Jesús.
¿Por que razón que se perciba
No ha de ser ella mas verdadera
Que todo lo que los filósofos piensan
Y todo lo que las religiones enseñan?

poema de Fernando Pessoa en El yo profundo y los otros yos, traducido por Graciela VolcoInformarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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Augusto Monterroso

En un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra. Fue fusilada. Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque. Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.

Augusto Monterroso en La oveja negra y demás fábulas (1969)Informarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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Maya Angelou

Presunción

Dame tu mano

Hazme un espacio
Para llevarte y seguirte
Más allá del brío de la poesía

Deja que otros tengan
La intimidad de
Palabras conmovedoras
Y gusto por la pérdida de amor

Para mí,
Dame tu mano.

poema de Maya AngelouInformarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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Todas las historias o películas terminan con un "felices para siempre" que nos da una sensación de seguridad, que todo está bien y que el futuro está en nuestras manos.
Pero no estoy aquí para prometerte un futuro dorado. Solo estoy aquí para hacerte consciente de un mundo con todas las incertidumbres e inseguridades de las que está hecha la vida.

Camelia Oprița en Pensamientos (diciembre 2018)Informarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
Añadido por Gian Luigi Zampieri - Director de orquesta
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William Shakespeare

El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos.

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Jorge Luis Borges

Antes las distancias eran mayores porque el espacio se mide por el tiempo.

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Francisco de Quevedo

Las palabras son como monedas, que una vale por muchas como muchas no valen por una.

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Vicente Blasco Ibáñez

Gallardo era más simple en sus emociones. Entró montera en mano, la capa recogida, contoneándose con no menos arrogancia; pero al verse ante la imagen puso las dos rodillas en tierra, entregándose a su oración, sin acordarse de los centenares de ojos fijos en él. Su alma de cristiano simple estremecíase con el miedo y los remordimientos. Pidió protección con el fervor de los hombres sencillos que viven en continuo peligro y creen en toda clase de influencias adversas y protecciones sobrenaturales.

Vicente Blasco Ibáñez en Sangre y arena (1908)Informarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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Victor Iglesias Gois

Sin saber como detener el caos que afectaba mi mundo perfecto, solo me quedaba esperar a que todo pasara, respirando aliviado al retornar a mí la calma. Pero mis temores no eran infundados, aquel día los movimientos eran más fuertes que de costumbre, y más seguidos que otras veces, hasta que sentí que algo se había roto, y por allí se escapaba mi felicidad.

Victor Iglesias Gois en ¡Mi mundo cambió!Informarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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Así que cualquiera ahí fuera que quiera hacer cualquier cosa en la que podamos ayudar - de la forma que América está dispuesta a ayudar a los pobres, a los negros, a los menos favorecidos, tan despacio como sea posible. Quiero decir... la Cruz Roja está haciendo todo lo que puede. Ya nos damos cuenta de que un montón de gente que podría ayudar está en la guerra ahora mismo, luchando de otra manera - y les han dado permiso para bajar y dispararnos.

cita de Kanye WestInformarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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Hacer periodismo es como escribir con la mano izquierda; es más fácil que la ficción.

cita de Martin AmisInformarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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Julio Cortázar

Y mirá que apenas nos conocíamos y ya la vida urdía lo necesario para desencontrarnos minuciosamente. Como no sabías disimular me di cuenta en seguida de que para verte como yo quería era necesario empezar por cerrar los ojos, y entonces primero cosas como estrellas amarillas (moviéndose en una jalea de terciopelo), luego saltos rojos del humor y de las horas, ingreso paulatino en un mundo - Maga que era la torpeza y la confusión pero también helechos con la firma de la arena Klee, el circo Miró, los espejos de ceniza Vieira da Silva, un mundo donde te movías como un caballo de ajedrez que se moviera como una torre que se moviera como un alfil.

Julio Cortázar en Rayuela (1963)Informarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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Gabriel García Márquez

En todo momento de mi vida hay una mujer que me lleva de la mano en las tinieblas de una realidad que las mujeres conocen mejor que los hombres y en las cuales se orientan mejor con menos luces.

cita de Gabriel García MárquezInformarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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Vuestros huesos

Voy a evitar la tierra recientemente cavada,
para no entrar en sus vientres y tocar
las bandadas de huesos que no son vuestras.

Voy a evitar la tierra húmeda, como si evitase
los pastos llenos de tinieblas.

Voy a acercarme a orillas de las aguas
y sentarme a la puerta oculta del crepúsculo,
lejos de los caminos que van a todas partes.

Pero ya tengo que ir otra vez
y voy a ponerme de nuevo el escudo aplanado.

Por aquí han pasado los caracoles,
por allá los hermanos-cangrejos
han tirado de sus cuerpos truncados.

¿Por dónde tengo que ir
para poder volver a vuestros huesos?

poema de Andrei LangaInformarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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John Milton

Sobre Shakespeare

¿Para qué necesita, mi Shakespeare, para sus venerados huesos,
la labor de una era en amontonadas piedras,
o que sus consagradas reliquias deban ser ocultadas
debajo de una pirámide que apunta a las estrellas?
Querido hijo de la memoria, gran heredero de la fama,
¿Para qué necesitas tú tan débil testimonio de tu nombre?
Tú, en nuestra admiración y asombro
has construido por ti mismo un monumento perdurable.
Pues mientras que para vergüenza del arte de logros lentos,
tus libres cadencias fluyen, y cada corazón
ha de las hojas de tu invaluado libro
aquellas líneas délficas tomado con profunda impresión,
tú, despojando nuestra imaginación de sí misma,
nos vuelves mármol con demasiado cavilar;
y así yaces sepultado en tal pompa
que reyes por semejante tumba querrían morir.

poema de John Milton (1630), traducido por María Inés Martínez AslaInformarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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Principio

Disculpad compañeros,

los árboles no han dado fruto este año
y vengo con los peores alimentos;
pobres son mis tesoros, aunque no soy avaro
están mis campos de trigo desiertos.

Disculpad compañeros, la luz es débil, escasa,
la única vela que encontré en el corazón de mi abrigo
para vosotros la he encendido...
pero es una vieja conocida, su llama son lágrimas.

Disculpad compañeros, mi corazón está triste,
¿de dónde traer las palabras alegres?

poema de Saleh Abd Al-Sabur en Los sueños del viejo jinete (1964), traducido por Manuel Jiménez LucenaInformarnos sobre un problema/apéndiceCitas similares
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