Cat
Una tarde soleada después de hacer el amor, estábamos recostados
y decidimos que el nombre de nuestra primera hija sería Cat, así la hubiéramos
llamado; pero ahora que dejamos para siempre de
hacer el amor y que no tendremos esa niña, o cualquier
otro hijo, yo me condené a ser el poeta
en tus sueños que cae a plomo como lluvia vespertina.
poema de Richard Brautigan, traducido por Pierre Herrera
Añadido por Dan Costinaş
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