El amor es un masoquismo.
Daína Chaviano en El hombre, la hembra y el hambre (1998)
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La imaginación es el mejor afrodisíaco.
Daína Chaviano en El hombre, la hembra y el hambre (1998)
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Somos la imagen que otro refracta desde su corazón.
Daína Chaviano en El hombre, la hembra y el hambre (1998)
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Un país es como una pintura. De lejos, se distingue mejor.
Daína Chaviano en La isla de los amores infinitos (2006)
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Los cubanos somos los marcianos de la Tierra, y sólo un extraterrestre puede entender lo que le pasa a otro.
Daína Chaviano en El hombre, la hembra y el hambre (1998)
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El amor no es ciego como reza el refrán; lo que ocurre es que los amantes inventan lo que no es y ven lo que no existe.
Daína Chaviano en El hombre, la hembra y el hambre (1998)
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El amor no es ciego como reza el refrán; lo que ocurre es que los amantes inventan lo que no ven y ven lo que no existe.
Daína Chaviano en El hombre, la hembra y el hambre (1998)
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Nuestra música es un símbolo, una señal de fuerza, un hilo de comunión con nuestro suelo, una esperanza… Y uno de los lenguajes secretos de Dios.
Daína Chaviano en El hombre, la hembra y el hambre (1998)
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Por las venas de Cuba no corre sangre, sino fuego: melodioso fuego que derrite texturas y obstáculos, que impide la mesura y, muchas veces, la reflexión. Pero así somos, y ése es nuestro mayor encanto y defecto: estamos hechos de música.
Daína Chaviano en El hombre, la hembra y el hambre (1998)
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