Llovió cuatro años, once meses y dos días. Hubo épocas de llovizna en que todo el mundo se puso sus ropas de pontifical y se compuso una cara de convaleciente para celebrar la escampada, pero pronto se acostumbraron a interpretar las pausas como anuncios de recrudecimiento.
Gabriel García Márquez en Cien años de soledad (1967)
Añadido por Dan Costinaş
¡Comentar! | ¡Votar! | ¡Copia! | En rumano