He cumplido con los diez mandamientos del baile. El decálogo está hecho pensando en los diez Mandamientos de la Ley de Dios. Los diez mandamientos del flamenco puro, la ley del baile. El que la sigue y estudia puede tener mucho éxito:
1. Bailar en hombre.
2. Sobriedad.
3. Girar la muñeca de dentro afuera, con los dedos juntos.
4. Las caderas quietas.
5. Bailar asentao y pastueño.
6. ArmonÃa de pies, brazos y cabeza.
7. Estética y plástica, sin mixtificaclones.
8. Estilo y acento.
9. Bailar con indumentaria tradicional.
10. Lograr variedad de sonidos con el corazón, sin chapas en los zapatos, sin escenarios postizos, sin accesorios.
cita de Vicente Escudero
Añadido por Dan Costinaş
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Citas similares
Hemos reducido los Diez Mandamientos a un nivel razonable.
aforismo de Vesna Dencic
Añadido por Dan Costinaş
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No respeto uno de los Diez Mandamientos. Soy cristiano sólo un 90 por ciento.
aforismo de Milan Bestic, traducido por Dan CostinaÅŸ
Añadido por Dan Costinaş
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Archipiélagos
Al final de esta frase, empezará a llover.
Y al filo de la lluvia, una vela.
Lentamente la vela perderá de vista las islas;
La creencia en los puertos de toda una raza
Se perderá entre la niebla.
La guerra de los diez años ha terminado.
El pelo de Helena, una nube gris.
Troya, un foso de ceniza blanca
Junto al mar donde llovizna.
La lluvia se tensa como las cuerdas de un arpa.
Un hombre con los ojos nublados la toca con los dedos
Y tañe el primer verso de La Odisea.
poema de Derek Walcott en Mapa del Nuevo Mundo
Añadido por Dan Costinaş
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Un camello puede resistir diez dÃas sin beber. Un asno toda la vida sin soñar.
aforismo de Fabrizio Caramagna en El aforismo en Italia. AntologÃa del premio «TurÃn en SÃntesis» (2011), traducido por Dan CostinaÅŸ
Añadido por Dan Costinaş
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No hay texto más osado que la Santa Escritura. Diez Mandamientos para da igual que contexto.
aforismo de Hasier Agirre
Añadido por Dan Costinaş
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La interpretación de los sueños se mantiene o cae con [la hipótesis del inconsciente]. Sin ella, el sueño parece no ser más que un capricho de la naturaleza, un conglomerado sin sentido de fragmentos de la memoria sobrantes de los acontecimientos del dÃa.
cita de Carl Gustav Jung
Añadido por Dan Costinaş
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Soy…
Soy la gaviota que vuela siempre al sol,
soy la eólica qué te toca con su trenzas rubias
y el rayo del sol que te besa con labios ardientes.
Soy el hilo de arena que se escurre entre tus dedos,
soy la onda salvaje que danza a tu alrededor
y la perla solitaria dentro la concha de una playa.
Soy el niño que construye Castillos de arena
sin pensar que los aplastarán alguna vez,
y la eterna idealista que te ha encumbrado en sus sueños.
Soy la brisa del mar que te acaricia con sus manos,
soy la paz de el horizonte que se estira al infinito
y la canción de las sirenas que te seducen en el amplio mar.
Soy las flores de naranja que te abrazan con su perfume
soy el cielo tranquilo sin ninguna nube
y el zumbido del universo nuevo que has descubierto.
Soy...
poema de Cornelia Păun Heinzel en Antologia de la poesia universal “Arte poética - Rostros y versos“, El Salvador (2014), traducido por Alfredo Cernuda
Añadido por anónimo
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La ley solo existe para los pobres; los ricos y los poderosos la desobedecen cuando quieren, y lo hacen sin recibir castigo por que no hay juez en el mundo que no pueda comprarse con dinero.
cita de Marqués de Sade
Añadido por Simona Enache
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Hoy leà bien a Maquiavelo. Por primera vez me atrapó realmente. Leo sus libros con frialdad y sin amargura. Me llama la atención que Maquiavelo estudie el poder del mismo modo como yo estudio a las multitudes: consideramos el objeto de nuestro estudio sin prejuicios. Las ideas de Maquiavelo nacen de su trato personal con los poderosos y de sus lecturas. Lo mismo puede decirse, mutatis mutandis, de mi proyecto. Como todo individuo de nuestro tiempo, conozco toda la variedad de las multitudes. En una lectura sin fin, intento obtener una idea de las multitudes lejanas y cercanas.
Elias Canetti en Notas (1948)
Añadido por Dan Costinaş
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Non es sin culpa el que yerra con el vino. No se puede escusar de culpa porque diga: «No estaba en mi seso». La locura non viene al hombre scientemente; por ende, si el que perdió la memoria por enfermedad, e que Dios se la quiso privar, por el yerro non será en culpa.
Gutierre DÃez de Games en El Victorial (1453)
Añadido por Dan Costinaş
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La casada infiel
Y que yo me la llevé al rÃo
creyendo que era mozuela,
pero tenÃa marido.
Fue la noche de Santiago
y casi por compromiso.
Se apagaron los faroles
y se encendieron los grillos.
En las últimas esquinas
toqué sus pechos dormidos,
y se me abrieron de pronto
como ramos de jacintos.
El almidón de su enagua
me sonaba en el oÃdo
como una pieza de seda
rasgada por diez cuchillos.
Sin luz de plata en sus copas
los árboles han crecido,
y un horizonte de perros
ladra muy lejos del rÃo.
Pasadas las zarzamoras,
los juncos y los espinos,
bajo su mata de pelo
hice un hoyo sobre el limo.
Yo me quite la corbata.
Ella se quitó el vestido.
Yo el cinturón con revólver.
Ella sus cuatro corpiños.
Ni nardos ni caracolas
tienen el cutis tan fino,
ni los cristales con luna
relumbran con ese brillo.
Sus muslos se me escapan
como peces sorprendidos,
la mitad llenos de lumbre,
la mitad llenos de frÃo.
Aquella noche corrÃ
el mejor de los caminos,
montado en potra de nácar
sin bridas y sin estribos.
No quiero decir, por hombre,
las cosas que ella me dijo.
La luz del entendimiento
me hace ser muy comedido.
Sucia de besos y arena,
yo me la llevé al rÃo.
Con el aire se batÃan
las espaldas de los lirios.
Me porté como quien soy.
Como un gitano legÃtimo.
Le regalé un costurero
grande, de raso pajizo,
y no quise enamorarme
porque teniendo marido
me dijo que era mozuela
cuando la llevaba al rÃo
poema de Federico GarcÃa Lorca en Romancero Gitano (1928)
Añadido por Dan Costinaş
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Canción del pirata
Con diez cañones por banda,
Viento en popa a toda vela,
No corta el mar, sino vuela,
Un velero bergantÃn:
Bajel pirata que llaman,
Por su bravura el Temido,
En todo mar conocido
Del uno al otro confÃn.
La luna en el mar riela,
En la lona gime el viento,
Y alza en blando movimiento
Olas de plata y azul;
Y ve el capitán pirata,
Cantando alegre en la popa,
Asia a un lado; al otro, Europa;
Y allá, a su frente, Estambul.
Navega, velero mÃo,
Sin temor;
Que ni enemigo navÃo,
Ni tormenta, ni bonanza,
Tu rumbo a torcer alcanza,
Ni a sujetar tu valor.
Veinte presas
Hemos hecho
A despecho
Del inglés,
Y han rendido
Cien naciones
Sus pendones
A mis pies.
Que es mi barco mi tesoro,
Que es mi Dios la libertad,
Mi ley la fuerza y el viento,
Mi única patria la mar.
Allá muevan feroz guerra
Ciegos reyes
Por un palmo más de tierra;
Que yo tengo aquà por mÃo
Cuanto abarca el mar bravÃo,
A quien nadie impuso leyes.
Y no hay playa
Sea cualquiera,
Ni bandera
De esplendor
Que no sienta
Mi derecho
Y de pecho
A mi valor.
Que es mi barco mi tesoro
A la voz de ¡Barco viene!
Es de ver
Cómo vira y se previene
A todo trapo escapar;
Que yo soy el rey del mar,
Y mi furia es de temer.
En las presas
Yo divido
Lo cogido
Por igual;
Sólo quiero
Por riqueza
La belleza
Sin rival.
Que es mi barco mi tesoro
¡Sentenciado estoy a muerte!
Yo me rÃo;
No me abandone la suerte
Y al mismo que me condena
Colgaré de alguna antena,
Quizá en su propio navÃo.
Y si caigo,
¿Qué es la vida?
Por perdida
Ya la di,
Cuando el yugo
Del esclavo
Como un bravo
SacudÃ.
Que es mi barco mi tesoro
Son mi música mejor
Aquilones;
El estrépito y temblor
De los cables sacudidos,
Del negro mar los bramidos
Y el rugir de mis cañones.
Y del trueno
Al son violento
Y del viento
Al rebramar
Yo me duermo
Sosegado,
Arrullado
Por la mar.
Que es mi barco mi tesoro,
Que es mi Dios la libertad,
Mi ley la fuerza y el viento,
Mi única patria la mar.
poema de José de Espronceda
Añadido por Dan Costinaş
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Forzosamente todo bailarÃn creador tiene que ser pintor de baile, un pintor sin técnicas quizás, pero que ha de llevar dentro la plástica, el color, el ritmo.
cita de Vicente Escudero
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Con las palabras en la boca aplastamos tantas cosas como con los pies sobre la hierba. Pero también con el silencio.
Herta Müller en La bestia del corazón (1994)
Añadido por Dan Costinaş
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Sin embargo, el temor acompaña a lo desconocido. El temor les llegó como una droga, aunque no procedente del botiquÃn de ella caminaron con calma sin nada que decirse por los pasillos de los juzgados, Harald dejó pasar a Claudia con la cortesÃa de un desconocido cuando encontraron la puerta, entraron y avanzaron de lado torpemente para sentarse en los bancos. Incluso el olor del lugar era como el de un paÃs extranjero al que hubieran sido deportados. El olor a barreras de madera pulidas y suelo encerado.
Nadine Gordimer en Un arma en casa (1998)
Añadido por Dan Costinaş
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Sueños
Cuando el párpado superior del ojo,
consuele al inferior
con las pestañas entrelazadas,
será capaz de discernir el futuro
como un sueño indefinido
y de describir el destino con tus propias manos,
te envolverán los sueños
con las hadas bordando tus pensamientos,
sueños que volarán con las alas extendidas hasta el infinito
como dos lÃneas paralelas que nunca se tocan.
Pensamientos recién nacidos
como la diosa Afrodita, como la espuma del mar,
jirones de esperanza, de confianza
flotando implacables en la nada
sin ser arrojados en el abismo del olvido.
Y juntos, los recuerdos, velos en tonalidades rosadas
colores que dan sentido al presente,
rÃos de lágrimas
de los que brota, caóticamente, la savia el futuro.
Cuándo la imaginación ya no te pueda ayudar
abre los ojos y verás que nada es lo que parece,
luego pregúntate a ti mismo
sobre ese futuro que te espera con confianza…
poema de Cornelia Păun Heinzel en Poesia extranjera español (18 abril 2014), traducido por Alfredo Cernuda
Añadido por Cornelia Păun Heinzel
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Milagro
TenÃas en los viejos tiempos el besar del sol sabiendo
a hierba,
huelas ahora a niño - tras nacer de ti dos vidas
que te reconciliaron con tu propio nacimiento,
y sin embargo
aún sueñas con el hogar de tus abuelos.
Buscas en el Tarot los signos de un futuro que se
encuentra
abrazado a su pasado,
como el suicida hallado en el filo de su puente, su piedra
al cuello,
dudando sin embargo en lanzarse...
¡Y entrevés,
en el instante en que la cobardÃa suplica una tregua
la indiferente luz del dÃa y su monótono milagro
que te salva!
poema de Dinu Flămând en En la cuerda de tender (2012), traducido por Catalina Iliescu
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Yo no quiero seguir vuestra música ratonera como un perrito. Prefiero bailar con el ruido del viento.
cita de Vicente Escudero
Añadido por Dan Costinaş
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En la estructura interna de la Orden del Temple en los reinos de Galicia, León y Castilla, está a la cabeza de la jerarquÃa el Maestre provincial. En los primeros decenios la cosa no aparece muy definida. AsÃ, Hugo Rigaud, Maestre en Languedoc, recibe como caballero templario al conde de Barcelona, en 1131, entendiendo MartÃnez DÃez que fue el encargado de la implantación del Temple en los reinos hispánicos.
cita de Carlos Pereira MartÃnez (2003)
Añadido por Dan Costinaş
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Poema de la soledad
SÃ, tu niñez ya fábula de fuentes.
El tren y la mujer que llena el cielo,
tu soledad esquiva en los hoteles
y tu máscara pura de otro signo.
Es la niñez del mar y tu silencio
donde los sabios vidrios se quebraban,
es tu yerta ignorancia donde estuvo
mi torso limitado por el fuego.
Norma de amor te di, hombre de Apolo,
llanto con ruiseñor enajenado,
pero, pasto de ruina, te afilabas
para los breves sueños indecisos.
Pensamiento de enfrente, luz de ayer,
Ãndices y señales del acaso.
Tu cintura de arena sin sosiego
atiende sólo rastros que no escalan,
pero yo he de buscar por los rincones
tu alma tibia sin ti que no te entiende,
con el dolor de Apolo detenido
con que he roto la máscara que llevas.
AllÃ, león, allÃ, furia del cielo,
te dejaré pacer en mis mejillas;
allÃ, caballo azul de mi locura,
pulso de nebulosa y minutero,
he de buscar las piedras de alacranes
y los vestidos de tu madre niña,
llanto de media noche y paño roto
que quitó luna de la sien del muerto.
SÃ, tu niñez ya fábula de fuentes.
Alma extraña de mi hueco de venas,
te he de buscar pequeña y sin raÃces,
¡Amor de siempre, amor, amor de nunca!
¡Oh, sÃ! Yo quiero. ¡Amor, amor! Dejadme.
No me tapen la boca los que buscan
espigas de Saturno por la nieve
o castran animales por un cielo,
clÃnica y selva de la anatomÃa.
Amor, amor, amor. Niñez del mar.
Tu alma tibia sin ti que no te entiende.
Amor, amor, un vuelo de la corza
por el pecho sin fin de la blancura.
Y tu niñez, amor, y tu niñez.
El tren y la mujer que llena el cielo,
Ni tú, ni yo, ni el aire, ni las hojas.
SÃ, tu niñez ya fábula de fuentes.
poema de Federico GarcÃa Lorca
Añadido por Dan Costinaş
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