Schindler estaba todavía en su casa, tomando el café, cuando recibió una llamada de una de las secretarias. La chica había visto que sacaban a Bankier del ghetto y lo llevaban directamente a Prokocim, sin detenerse siquiera en la Optima. Y en el grupo había también otros obreros de Emalia. Estaban Reich, Leser... una docena.
Thomas Keneally en El arca de Schindler (1982)
Añadido por Dan Costinaş
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