Brassbound (con una carcajada): Mis hombres, señora, no son niños que necesiten aya.
Cecilia (con convicción que no admite réplica): Capitán Brasshound, todos los hombres son niños que necesitan aya. Veo que no se fija usted en las cosas. Aquel pobre italiano no tenía más que un cordón útil en su calzado, en una de sus botas llevaba un trozo de bramante. Y en la cara de Mr. Drinkwater bine se ve que necesita alguna medicina.
réplica en La conversión del capitán Brassbound, Acto I, obra de George Bernard Shaw (1900), traducido por Julio Broutá
Añadido por Dan Costinaş
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