semana
El comienzo de mi vida de ermitaño ha sido poco venturoso. ¡Cuatro semanas enfermo, tosiendo constantemente! ¡Oh, estos implacables vientos y estos sombríos cielos del Norte! ¡Oh, los intransitables senderos y los calmosos médicos rurales! Pero peor que todo, incluso que la privación de todo semblante humano en torno mío, es la contaminación de Kenneth de que debo permanecer en casa, sin salir, hasta que empiece el buen tiempo...
Emily Brontë en Cumbres borrascosas (1846)
Añadido por Dan Costinaş
¡Comentar! | ¡Votar! | ¡Copia!
Entretanto, el cuerpo del viejo caballero de San Francisco regresaba a su hogar, a un sepulcro en las playas del Nuevo Mundo. Después de haber pasado por muchas humillaciones, por mucho abandono humano, después de haber vagado durante semanas de una aduana a otra, había sido conducido una vez más a aquel mismo famoso barco en el que tan recientemente, con tanta deferencia, había sido conducido al Viejo Mundo.
Iván Bunin en El Caballero de San Francisco (1915)
Añadido por Dan Costinaş
¡Comentar! | ¡Votar! | ¡Copia!
Balada de las damas de antaño
Decidme en qué comarca, decidme en dónde
encontrar a Flora, la beldad romana;
dónde Archipiada de la luz se esconde
y Thaís que fuera la su prima hermana;
Eco condenada a repetir, lejana,
el cantar del agua, del monte el ruido,
que tan bella fue cuando lo quiso el hado;
mas las mismas nieves del año pasado
¿adónde se han ido?
Decid dónde Heloísa está, la tan juiciosa,
por quien fue castrado y enclaustrado luego
Abelardo el Sabio en Saint-Denis famosa:
pagó con tal pena su imprudente fuego.
¿Dónde aquella reina está, asimismo agrego,
quien a Buridán, que la hubo poseído,
quiso que arrojaran al Sena embolsado?
Mas las mismas nieves del año pasado
¿adónde se han ido?
[...] Leer más
poema de François Villon en El Testamento (1461), traducido por Rubén Abel Reches
Añadido por Dan Costinaş
¡Comentar! | ¡Votar! | ¡Copia! | En inglés | En rumano
Alturas de Macchu Picchu
I
Del aire al aire, como una red vacía,
iba yo entre las calles y la atmósfera, llegando y despidiendo,
en el advenimiento del otoño la moneda extendida
de las hojas, y entre la primavera y las espigas,
lo que el más grande amor, como dentro de un guante
que cae, nos entrega como una larga luna.
(Días de fulgor vivo en la intemperie
de los cuerpos: aceros convertidos
al silencio del ácido:
noches desdichadas hasta la última harina:
estambres agredidos de la patria nupcial.)
Alguien que me esperó entre los violines
encontró un mundo como una torre enterrada
hundiendo su espiral más abajo de todas
las hojas de color de ronco azufre:
más abajo, en el oro de la geología,
[...] Leer más
poema de Pablo Neruda en Canto General (1950)
Añadido por Dan Costinaş
1 comentario - ¡Comentar! | ¡Votar! | ¡Copia!